PEDAZOS DE VIDA
Hace tiempo te vi en la montaña, no dijiste nada, sólo apareciste de pronto, caminamos juntos y nos revolcamos en la arena mientras el mar se acercaba sigiloso con su espuma y susurraban las olas y el viento.
Al amanecer estabas preocupado porque no sabías dónde habías dejado el carro, así que corrimos hasta un edificio en medio de la ciudad.
Luego nos encontramos en el parque, en el kiosco que parece una fogata en medio de la nada, ¿Te acuerdas cómo navegamos en ese bote por el lago? La forma en que caminamos sobre el fuego, ¿y recuerdas cuándo estuvimos comiendo palomitas en tu casa? Aquella ocasión en la que el viento estuvo a punto de llevarse nuestras caras.
Hace tiempo que no vienes, hace tiempo que dejaste de buscarme. A veces creo que no regresarás, pero ya había pasado una vez, cuando dejaste de venir y no dijiste una sola palabra. A veces creo que me has olvidado, que ya no recuerdas mis abrazos, mis labios y mi cabello, que ya no soy mujer para tus ventanas, ni para las fotografías que olvidaste colgadas en el tendedero.
Aquí seguiré, caminando los paisajes que me diste, visitando los lugares a donde me llevaste, asomándome por cada rincón del cuarto, acostándome en cada almohada, soñando en cada cama, creyendo que algún día te volverás a acostar, que volverás a dormir y aquí estaré yo con el deseo de que tu sueño sea conmigo otra vez. Espero que aún puedas soñar.