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jueves, diciembre 11, 2025

Vagabundo

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MEMENTO

“Te voy a contar acerca de vivir libre, veo morra que me ves a mí, no necesitas 

saber que hago todo el día… porque te voy a contar acerca libre vivir”

Vagabond – Wolfmother

Vagabundo proviene del latín vagabundus, que significa literalmente “el que vaga” o “el que anda errante”. Está formada por el verbo vagārī, que significa andar de un lado a otro, deambular, errar sin rumbo, y el sufijo -bundus, que indica tendencia o inclinación hacia la acción (como en moribundus, “el que está muriendo”).

Con el tiempo, vagabundo sirvió para etiquetar a quien no tiene oficio ni casa, y por ello se le asoció con la ociosidad o la marginalidad. Sin embargo, en la literatura y el arte la figura del vagabundo también se resignificó: pasó a representar la libertad, la búsqueda, el desapego y la resistencia a las normas sociales. ¡Vivir libre!

Cuando veía la serie “El hombre increíble”, en la que Bruce Banner vagaba por el mundo intentando hacer el bien pero metiéndose en broncas en cada capítulo, a veces pensaba en andar así. Pero creo que más que libre, Bruce huía de algo; creo que ese algo era Hulk, esa condena que vivía dentro de él. Aunque también pienso que si realmente hubiera querido ser libre, se habría ido al bosque o a algún lugar desolado. Resulta curioso.

Vagabundo conserva su raíz —vagar, errar—, pero su sentido cambia según quién la pronuncie.

Para el sistema, el vagabundo es un inútil; para el arte, un visionario.

En la sociedad, está fuera del mapa; en la poesía, es quien descubre el mapa.

En el fondo, el vagabundo no es un ser sin rumbo: es quien no acepta el rumbo que le imponen.

Recuerdo a dos vagabundos de mi ciudad: “El Cuatanas” y “El Matemático”. No conocía la historia de ninguno, pero se decía que ambos habían tenido profesiones distinguidas, que eran unos genios que perdieron el juicio. Hace tiempo, a través de los programas de Facundo Gómez Bruera, me enteré de la existencia de “Changoleón”, también conocido como Samuel González Quiroz. Él era un rockstar, un alma libre. Samuel fue egresado de la carrera de Psicología —aguas, camaradas— en la UNAM, y fungió como catedrático por un corto lapso. Cuando me enteré de sus historias asociadas a su inteligencia, me enojé por ser medio pendejo y no poder deschavetarme para ser libre como ellos.

Hace años, cuando mi ciudad no era tan grande, disfrutaba mucho caminar por ella. Me gustaba encontrar lugares de los que no me había percatado: nuevos atajos, rutas de escape o rincones donde resguardarme. Me jactaba de conocer todas las colonias y cada una de las rutas de transporte colectivo.

Si eligiera ser vagabundo, adoptaría dos perros para abrazarlos en las noches frías, entrenarlos para hacer trucos y que fueran mis guardias; sí, así como Rémi con Servino y Capi.

La conseja de hoy:

Vivan como vagabundos. No errantes, pero sí libres, con la consciencia de que sus actos tendrán consecuencias —es decir, que si se hacen del baño en la calle pueden embarrar a alguien—.

Como diría Rémi: “Un hombre debe vivir por su cuenta algún día”. Y como diría el señor Vitalis: “¡Camina siempre hacia adelante!”

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