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Todo en un sueño 

Oscar Raúl Pérez Cabrera
2 Min de Lectura
Ilustrativa

PEDAZOS DE VIDA

Más de una vez te dije que no quería el efímero placer de una noche, que no teníamos que hacernos daño, que si bien habíamos esperado tantos años podríamos esperar un poco más, que no descansaría hasta ver tus ojos antes de dormir y al despertar también, que mis brazos cobijarían tu cuerpo, que te darían el calor del abrazo eterno.

Golondrinas caídas, infierno de primaveras rotas, de inviernos inventados. No quería una noche más. Te dije que te marcharas, que te seguiría buscando, que no te quedaras ni que me dieras tus mieles. Quiero verte de lejos, es la única forma de desearte siempre, de tener las ansias de tu cuerpo, de ser aquella fruta que se entrega por temporada para marcharse y regresar mucho después. 

Por las noches no duermo, y los días se pasan en sueño, el único problema con el amor, son los humanos, el único problema contigo fue que eras tú, que eres tú, que no eres otra persona sino tú. Los cabellos perfumados que se roban mis suspiros, los ojos que miran como su único tesoro, a un pedazo de carne que acumula sentimientos, que irriga sangre y que quieres que sea para ti.

Desde aquella noche no he podido tener tranquilidad, todo se rompió. Cuando lo das todo, dizque por amor, corres el riesgo de convertirte en un fantasma, de esos que recorren el mundo sin saber a dónde van, sin tener nada más que dar, porque todo lo dieron en una noche, una vida, un amor, todo en un sueño…

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