Memento
“Y la cosa suena ra, Scooby Doo Papa, y el pum pum pum pum pum”
Scooby Doo Papa – DJ Kass Luis Rosa
La etimología de la palabra tío viene del latín theus o theius, que a su vez deriva del griego theios, que significa literalmente “hermano del padre o de la madre”. Con el paso del tiempo, el término evolucionó fonéticamente en las lenguas romances: En el latín vulgar, pasó a decirse tius. En castellano, ya aparece como tío, con el mismo significado que conocemos.
Partiendo del hecho de que tío es hermano de padre o madre, se puede reducir un poco las referencias que haré pues de lo contrario al sumar primos, la muestra se vuelve enorme.
De parte de mi padre tuve dos tías y un tío, de parte de mi madre tuve dos tíos. Debido a la cercanía, conviví un poco más con los últimos.
Acerca del lado paterno, si ya de por sí, mis recuerdos son borrosos, con la distancia física, emocional y temporal, se vuelven menos claros. De las tías Vázquez Parad, de mi tía Concepción recuerdo poco, pero sé que por un tiempo compartimos mucho. Acerca de mi tía Maricela no puedo decir mucho, la vi unas cuantas ocasiones, pero en cada una de ellas sentí mucho cariño. Mi tío Juan Ramírez Pineda fue mi ídolo por un tiempo, fue reportero de La Opinión, y durante un lapso compartimos cosas, hasta hace poco guardaba su dobok, unos cuantos libros y algunas cosas más. Los tres ya están en el Mictlán.
Por mi parte materna, afortunadamente conservo más memoria, tuve dos tíos: Carlos y Arturo Germán Díaz.
De Carlos, a quien por alguna extraña razón le llamamos Diego -hasta la fecha ignoro la razón-, guardo muchos recuerdos, lamentablemente algunos recuerdos, sobre todo los más frescos, no son tan chidos; sin embargo, procuraré enforcarme en lo positivo. A su lado conocí el Estadio Azteca, aún recuerdo toda la vuelta que le di, esa cosa es enorme; muchas de mis visitas a la Arena Afición y mi gusto por el deporte del pancracio -las luchas, pues- se lo debo a él. Las visitas a los baños de vapor, algún día regresaré a visitar uno. El vicio de comer melones con nieve de limón y hacer sándwiches de queso de puerco antes de la cena de Navidad y Año Nuevo. Las charlas cada vez fueron más escasas.
Antes de fallecer, pude decirle una frase que englobaba mis sentimientos hacia él, le dije: «Carnal que no te ame como te gustaría, no significa que no te ame»… poco después me parafraseó al despedirse de mi madre con las mismas palabras. Se pasó de roba frases mi Carnalito.
De Arturo, en los recientes años nos volvimos más cercanos, me contaba cosas de cuates (muchas de ellas muy raras), me aconsejaba cómo amigo, me llamaba la atención cómo tío. Era bastante jodón. Algunos lo recordamos bailando Scooby Doo Papa, perreando de tal modo que la cola le oliera a fabuloso. Varias veces lo veía en su tienda, nos tomamos una cerveza, charlábamos y pudimos solventar varias cosillas. Comprendí que de joven no tenía una forma de expresar cariño, a él no le enseñaron a decir te quiero, lo manifestaba jodiendo.
Al despedirnos ya me decía «te quiero, Calitos», la primera vez que lo escuché decirlo por teléfono lloré bastante, una mezcla de alegría y felicidad; pocos meses después me dijo «te amo»… Un personaje con muchas fallas, pero que la vida le permitió redimirse en muchas de ellas. Un tipazo mi Parejita.
Un día como hoy sería el cumpleaños de mi tío Carlos Germán, y si le sumamos unas horas después de la medianoche, hace diez años fue su partida. Arturo nació un 15 de diciembre, justo antes de las posadas, quizá de ahí lo pachanguero. Partió el 03 de abril del 2023.
La conseja de hoy:
El lenguaje del amor evoluciona, como medida de seguridad el cerebro recuerda aquello que percibimos no grato, pero a veces es mejor recordar lo chido. Y como dirían algunos tías y tíos: “Ser tío es como ser padre o madre por un ratito, con toda la gloría, pero sin las responsabilidades”.

