De acuerdo con información de la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH), hasta el momento han sido confirmados 12 casos de tosferina, de los cuales, siete fueron registrados en hombres y cinco en mujeres.
Los casos se reportaron en los municipios de Acaxochitlán, Ajacuba, Atitalaquia, Tezontepec de Aldama, Tizayuca, Tula, Tulancingo y Mineral de la Reforma.
La dependencia aseguró que la entidad cuenta con un sistema de vigilancia epidemiológica que permite la detección y control de la tosferina y el síndrome coqueluchoide, cuadro parecido a la tosferina, de manera efectiva y oportuna.
Precisó que aunque uno de los síntomas más distintivos de la tosferina es la tos quintosa, comúnmente conocida como «canto de gallo», este sistema de vigilancia incrementa la sensibilidad en el diagnóstico sindromático con pruebas que facilitan obtener los resultados en un tiempo clínicamente rápido.
De tal manera que permite identificar casos que podrían confundirse con otros padecimientos como: bronquiolitis, bronquitis, neumonía, bronconeumonía, laringotraqueítis, laringotraqueobronquitis, asma bronquial y/o la presencia de cuerpos extraños en el tracto respiratorio.
En ese sentido, enfatiza que derivado de estas estrategias, este sistema de vigilancia epidemiológica refuerza la capacidad del estado para identificar, tratar y prevenir, de manera particular, los casos de tosferina.
Lo anterior, puntualiza, contribuye a la protección de la población, en especial, los grupos más vulnerables a este padecimiento, como son las y los menores de un año de edad, con una incidencia del 80 al 90 por ciento en personas no vacunadas.
La SSH detalló que la tosferina o tos convulsiva es una infección bacterial altamente contagiosa que ocasiona una tos violenta e incontrolable, el agente causal es la bacteria bordetella pertussis.
La transmisión se genera por contacto directo con secreciones respiratorias de personas infectadas, lo que facilita su propagación en entornos cercanos. su periodo de incubación oscila entre 6 y 20 días, mientras que el cuadro clínico puede persistir desde 7 días hasta 6 u 8 semanas; y si no se trata adecuadamente y de manera oportuna, puede ser mortal.