A pesar de que los colectivos feministas anunciaron que no habría ninguna acción contra las vallas metálicas colocadas por el gobierno del Estado de Hidalgo, elementos de seguridad atacaron con gases lacrimógenos a las asistentes de la marcha.
Entre ellas había infancias, adolescentes, madres de familia y familiares de víctimas. Ante la agresión, las manifestantes respondieron derribando las vallas metálicas y exigiendo justicia.
Las asistentes a la marcha derrumbaron las vallas metálicas que eran custodiadas por al menos 100 elementos de la policías frente al Palacio de Gobierno, tras lo cual, las autoridades dejaron de gasear a la multitud.
Fue así como culminó el intento fallido del gobierno por contener con vallas metálicas las exigencias de mayor seguridad para las mujeres hidalguenses.