El diputado de Morena, Timoteo López Pérez, propuso exhortar a la titular de la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH) para que en el ámbito de sus atribuciones instruya a los diferentes hospitales públicos, privados o cualquier agente que asista a la paciente o incide directamente en el proceso de embarazo, parto o puerperio a evitar prácticas que recaigan en violencia obstétrica.
En su argumentación, el legislador señaló: “Las mujeres aún no son libres de ejercer sus derechos sexuales o reproductivos de forma plena, un ejemplo de ello es la violencia obstétrica la cual se define como una forma específica de violencia ejercida por profesionales de la salud (predominantemente médicos y personal de enfermería) hacia las mujeres embarazadas, en labor de parto y el puerperio. Constituye una violación a los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres”.
Y agregó que algunos ejemplos de este tipo de violencia son gritos o regaños al momento del parto, comentarios ofensivos, humillantes o degradantes, colocación de dispositivos para no tener más hijos sin autorización, ignorarlas cuando pregunten dudas sobre el embarazo o el bebe, o bien, obligarlas a permanecer en posiciones incómodas, situación que a menudo sucede con mayor frecuencia en mujeres que pertenecen a comunidades indígenas.
“Según datos del Inegi, en los últimos cinco años; el 32 por ciento de las mujeres de 15 a 49 años que tuvieron una cesárea experimentaron algún tipo de violencia por parte de quienes las atendieron en parto o cesárea”, refirió el diputado y agregó que Hidalgo ocupa el lugar 11 entre las entidades que reportan mayor proporción de maltrato en la atención obstétrica contra mujeres.
López Pérez enfatizó: “las agresiones ejercidas por médicos, enfermeros y camilleros son frecuentes cuando las mujeres no tuvieron control prenatal y llegan al parto sin información previa”.