CINE DE MAÑANA
Son pocos los realizadores que se animan a convivir con nativos en su medio ambiente, compartiendo su vida y costumbres.
El ejemplo más célebre es “Nanuk el esquimal” de Robert Flaherty. En el plano nacional se han dado casos recientes como “¿Qué sueñan las cabras?” de Jorge Prior o “El eco” de Tatiana Huezo.
Dentro de la sección Ahora México del XIV Festival Internacional de Cine de la UNAM, se inscribe “Formas de atravesar un territorio” de Gabriela Domínguez Ruvalcaba.
La realizadora de “La danza del hipocampo” convive con Doña Sebastiana, una mujer tzotzil que no habla español, y con sus hijas Maribel, Margarita, Rosalinda y Angelina, que han estudiado y sí lo hablan.
Ellas se dedican a pastorear sus borregos, su labor puede parecer rutinaria y aburrida, pero les ha proporcionado una forma de vida independiente.
Platican sus experiencias y cómo se han adaptado a una sociedad que las margina por sus usos y costumbres.
“Formas de atravesar un territorio” resulta pues un interesante testimonio de estas pastoras chiapanecas, cuya situación no ha campado pese a la rebelión zapatista.