Memento
“Porque tomados de la mano, no hay nada en el
mundo igual, siempre seremos la pareja ideal”
La pareja ideal – Pimpinela
Pareja viene del latín par, que da lugar a: dos cosas semejantes o iguales. De par se forma en romance pareja (con el sufijo -eja, diminutivo o colectivo en algunos casos), que significaba en la Edad Media algo así como par pequeño o par unido. Se usaba también para designar a los dos que trabajan juntos, como una pareja de bueyes, una pareja de soldados, una pareja de guardias. Con el tiempo, se amplió a la esfera humana afectiva y sexual: la pareja como dos personas unidas en una relación amorosa o de convivencia.
En resumen, pareja conserva el sentido de igualdad, unión de dos y compañía, y por eso puede aplicarse tanto a un vínculo íntimo como a cosas que simplemente se corresponden.
Durante mucho tiempo tuve mi pareja de juego, juntos jugábamos basquetbol y no lo hacíamos nada mal, en las retas continuamente estábamos presentes, nos conocíamos demasiado, sabíamos que movimiento haría el otro y el pase del balón iba a ese espacio en el que pronto estaría el otro. No éramos como Jordan y Pippen, pero sí rifábamos. Esa relación la llevamos al ámbito personal: fuimos muy buenos amigos durante un tiempo. Con el pasar de los años nos fuimos distanciando, los intereses cambiaron y las reuniones decayeron.
En la primaria me tocó compartir banca con una niña que era muy chocosa y odiosa; resultaba desesperante, me molestaba constantemente y me distraía con sus cosas. En la universidad conocí a quien sería mi comadre. Comenzamos a ser amigos cuando coincidimos en todas las respuestas de un examen; nos volvimos tan cercanos que parecíamos un Duvalín: ella tan blanca y yo tan marrón. Con el tiempo, la distancia física y la emocional hicieron mella en nuestra relación.
Todas las relaciones tienen fecha de caducidad. Algunas duran pocos días, otras bastante más, y en ocasiones terminan con la muerte. Afortunadamente, al iniciar una relación la fecha no es visible; con el tiempo, va apareciendo poco a poco, y es responsabilidad de las partes procurar su crecimiento o su finiquito.
Hace poco vi a una chava que tuvo que subirse al auto por el lado del copiloto porque su pareja no se bajó a abrirle la puerta. Lamentablemente, en ese momento pasaban varios carros y, mientras él seguía adentro, ella esperaba a que pudiera cruzar para abrir la puerta y subir. Cabe destacar que la chava iba muy coqueta, con un vestido bastante entallado que la hacía lucir todavía más guapa, detalle que no pasó desapercibido para algunos patanes que se lo hicieron notar con frases fuera de lugar. El cuidado de la otra parte, debe ser perenne, al final uno cultiva lo que cosecha.
Cuando alguien está en pareja, es normal que le gusten otras personas. De hecho, es muy sano y hasta debería verse como un halago. No es lo mismo estar con alguien porque es tu única opción, que estar con alguien porque decidiste hacerlo. Al final, dentro de todas las parejas que pudiste haber formado, elegiste a esa persona para caminar juntos y compartir tu vida con ella. Actualmente vivo con una tranquilidad que me otorga el resultado de trabajar constantemente el respeto, el amor, la reciprocidad y, sobre todo, la comunicación. Y no me refiero a aquella en la que se escriben todo el tiempo (que también es válida), sino a aquella en la que se puede expresar lo que se siente, con la seguridad que otorga la confianza mutua.
La conseja de hoy:
Busquen a su pareja, no a la ideal, sino a la persona con quien puedan ser reales. Inviertan en ella y en ustedes, que al final todo valdrá la pena; una pena no como condena, sino como una inversión para algo mejor.
Y como diría Babe: “Cada oveja con su pareja.”