RETRATOS HABLADOS
Una realidad del ejercicio periodístico, es que difícilmente puede cambiar algo de la realidad cotidiana que vivimos, y como máxima aspiración solo podemos esperar que usted (lector, lectora), pueda valorar la versión de los hechos que seguramente ya conoce. No se debe aspirar a más porque es absurdo pensarlo siquiera. Sí, en cambio, puede ser un punto de encuentro para las ideas, el pensamiento, y puedo asegurarle que con eso ganamos todos.
Pasados los tiempos políticos en que se disputó el poder, resulta sano encontrarnos una vez más para reflexionar en torno a ese tema que parece eterno, y que sin duda lo es, porque dirige un mucho las acciones del ser humano, con mucha frecuencia para mal, pero otras no, y con esas otras es como ha avanzado la humanidad.
El hecho también, es que, si no fuera por el trabajo del periodismo, me refiero al que cuenta las historias de personas como usted, como yo, como todos, es imposible asomarse a un mundo que puede llevarnos a la práctica de ese sentimiento único, vital en todo momento, que es la compasión, la posibilidad de sabernos igual a los que vemos reflejados en un texto escrito, a la que se transforma en imagen y sonido.
Sin embargo, esa sería tarea tan complicada, tan ligada al desgaste y la preocupación, que por eso nos tomamos cada proceso electoral, un descanso para entrar de lleno a la diversión de un juego que, con bastante frecuencia, sabemos cómo empieza y cómo termina.
Parece algo ocioso, pero en algo contribuye a que exista una media sana conciencia de los que laboran en medios periodísticos.
Hoy le invito a que se asome a las historias que cada día, en todos los medios de información, se presentan, para sabernos parte de una humanidad, a veces doliente, a veces festiva.
Seremos más humanos, en tanto más nos podamos conocer.
Le saludo con afecto, ya casi en la segunda parte de ese año 2024.
Mil gracias, hasta mañana.
Correo: jeperalta@plazajuarez.mx
X: @JavierEPeralta
