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martes, enero 7, 2025

Notas mentales para un mejor 2025

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UN ADULTO RESPONSABLE

“Yo no olvido al año viejo, porque me ha dejao’ cosas muy buenas…”

El año viejo – Tony CamargoNo me puedo quejar de nada, fue un año espectacular: se me concedieron viajes, sueños, conciertos, vi al Tuzo campeón, me enamoré otra vez, hice amigos, mejoré en el manejo, pude apoyar a la gente que lo necesitaba, bailé (aunque lo sigo haciendo mal), perdoné, ofrecí disculpas, me enojé, compartí, estuve triste, me emocioné, volví a ver telenovelas y a llorar en el cine. Eso, eso que te hace sentir vivo.

Los eventos muchas veces salieron como los planeé y muchas otras tantas, nomás no. Pero ni modo, la vida sigue y el 2025 empieza mañanita.

Las cosas no pintaron tan bien para algunos de mis allegados, y desde acá les mando un abrazo solidario, muchas bendiciones y la promesa de que yo estoy a una llamadita de distancia para escuchar (al menos) y para ayudar, con lo que se pueda.

Y para los que este año les fue excelente, como a mis amigos con la llegada de sus bendiciones, les deseo que el 2025 sea todavía mejor.

Agradezco infinitamente a las personas que fueron cómplices en mis sueños, que me ayudaron a cumplir mis propósitos y en general, los que siempre están, porque sin ellos, seguramente habría logrado la mitad de todo lo que hice (o tal vez menos).

Gracias a Dios por permitirme otro año de vida y el poder abandonar el club de los 27 todavía en este plano terrenal.

Me encantaría decir que voy a escribir mis propósitos y que me voy a esforzar por cumplirlos, pero seguramente será la misma falacia de todos los años, por eso hoy mismo tengo uno solo: vivir.

Pero ojalá que pueda ya vivir en serio, con la firme idea de estar sano, sin tener que preocuparme por mi peso.

Con la ilusión de aprender a vivir solo en un lugar digno, decoroso y con mucha paz.

Con el sueño de seguir mejorando como persona, de pulir mi carácter, de seguir siendo fuerte en los momentos que debo serlo y bondadoso con las personas.

Con el empeño de seguir cumpliendo mis objetivos, sin arriesgar mi economía.

Y con la voluntad de hacer, en general, mejor las cosas, porque siempre, siempre hay margen de maniobra en la vida que nos espera.

Espero que desde el cielo mi madre esté muy orgullosa de nosotros, de las personas en las que nos hemos convertido. Que se alegrara de la graduación de Getze y del gran año que ha tenido Josué, ya a un pasito de convertirse en médico.

Yo la extraño siempre y en el Xantolo, un poco más, pero confío en el trabajo de Peri, que ha sido duro este año y con decisiones firmes, pero que siempre saca adelante y al menos, ya estamos a un paso de ser los profesionistas que siempre han querido ambas. Espero que “el angelote que tenemos” siga intercediendo por nosotros, porque mis hermanos y yo, jamás la vamos a olvidar.

En fin, este año vendrá con muchas nuevas aventuras, alegrías por vivir, pero sobre todo (al menos para mí), con una responsabilidad inmensa de que el título de esta columna tenga sentido durante este 2025, porque por un par de incidentes mis fieles lectores ya me están echando en cara que tan responsable no he sido, y sin embargo, el título iba por el hecho de que creo que esa es la mayor cualidad que una persona puede llegar a tener, entonces, espero, en serio, mejorar.

Y por último, todo mi reconocimiento y agradecimiento a las personas que hacen posible que puedas leer esto, a mis jefes del periódico que me permitieron publicar; a mi editor de estilo y a la de redacción; a mis amigos que las suben al internet y a ti que me lees, porque un texto que no es leído nunca será verdaderamente apreciado.
Nota: “Se vienen cositas”, dirían los grandes (y pequeños) creadores de contenido, y me encanta esa frase en diminutivo, porque puede que no sea nada extraordinario, pero sí espero que sea un gran año para todos y que todos podamos llevar a cabo esos proyectos con los que soñamos.

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