RETRATOS HABLADOS
No, sinceramente no creo que sea momento alguno para invocar al levantamiento popular en contra de un personaje como Trump, a fin de impedir cualquier mancha del invasor en nuestra soberanía. Hace mucho que los motivos patrios para sacrificar la existencia, dejaron de tener un peso real, con base a la cruda realidad que solo invocó esa acción para atender intereses personales o de grupo.
Sin embargo, tampoco es momento de aceptar los disparates de un presidente gringo, envalentonado por la soberbia del poder económico, -que tiene, y mucho-, al que hoy suma el político, y que cuando menos debe hacernos reflexionar en el absurdo que representa, que la casta pudiente deje de hacer sus tropelías con sus recursos, para pasar a usar los que son de tipo público.
Porque las imbecilidades que cometen los niños ricos, aquí en Pachuca y en todo el país, supongo que en el mundo también, tienen como consecuencia lógica que resten a sus fortunas algunas cifras que, evidentemente, poco les afecta en términos generales, pero a los que aman con alma el dinero, les duele. No hay otra cosa que les duela.
Así pudimos ser testigos de sus abusos, de sus ingeniosas estrategias, mostradas en programas donde se hacían llamar “tiburones del mercado”, para robarle a quien se dejara, con el argumento de que ser una especie sin escrúpulo alguno, es lo mejor de lo mejor en la humanidad.
Alabamos pues esa actitud del abusón, “porque el mundo no es para los débiles”, y de repente empezamos a verlos en el poder político, en el despilfarro de dinero que ya no tiene como origen sus fortunas privadas, sino el que aporta toda la ciudadanía a través de impuestos. Se convirtieron, de la noche a la mañana, en “los amitos”, con derecho a todo, absolutamente a todo.
También de origen, casi siempre para no generalizar, son ignorantes, y por eso les preocupan tanto las nimiedades, como buscar a toda costa cambiarle el nombre a un espacio de agua. Porque gustan poner su marca a todo lo que tocan. Si son de origen ganadero y hacen lo propio con sus reses, saben que sus antecesores esclavistas cumplían ese ritual con seres humanos.
Personifican al llamado “capitalismo salvaje”, aunque hemos visto también que existe el “socialismo salvaje y criminal”.
Construyen una historia única, donde son los salvadores y defensores de la democracia y la libertad, siempre y cuando sea en su propio territorio, o alguno que están por invadir debido a su riqueza petrolera. Entonces observan con ojos acuciosos, que justamente en ese lugar odian a la democracia y a la libertad.
Y, sin embargo.
Sin embargo, no son invencibles. Su pobre cultura, como no sean los parques de Disney y el fútbol americano y una serie de béisbol que no es mundial, pero dicen que lo es, es su talón de Aquiles.
Su cultura real es la que han llevado, justamente a los que hoy pretenden echar de su territorio: los migrantes.
Por eso, lo que siempre será preciso defender y dejar de soñar es con ser los niños héroes que se envuelven en el lábaro patrio; es la cultura que recibimos desde niños. Esa nos defenderá, cualquiera que sea el orate que pretende acabar con un país como México, este sí invencible, único y vital.
En tanto, guarde compostura. Si deciden venir por los cárteles de las drogas, no vendrán por usted. Vendrán por los que desde cargos públicos se han enriquecido a costa de vidas y vidas de mexicanos.
Tranquilícese, nuestra nación es fuerte, más que muchos sin raíces y desechables.
Mil gracias, hasta mañana.
@JavierEPeralta