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Justicia para una menor

Oscar Raúl Pérez Cabrera
4 Min Read
Ilustrativa

PEDAZOS DE VIDA

De un día para otro, sólo se notó su ausencia y la impotencia que deja la impunidad que presume un asesino al matar a una niña de siete años. Ayer, esta pequeña estaba jugando, corriendo a los brazos de su mamá, acariciando el rostro de su papá, y hoy es motivo de lágrimas y rezos. 

La indignación de su partida mostró el coraje de cientos de vecinos que cerraron una carretera exigiendo a la torpe y lenta autoridad que haga su trabajo, que no deje libre a la bestia que se atrevió a disparar en contra de una familia. Cientos de personas enojadas por la corrupta e ineficaz institución de justicia local, cientos de personas que sintieron, con la muerte de una niña, que les arrancaron un hijo propio. 

El asesino se mofó, dijo que saldría pronto, que por tener vínculos con el gobierno, más tardaría en entrar que en salir, y mientras eso sucedía la autoridad corrupta intentaba no hacer efectiva la acusación por homicidio, ¿qué otras bestias son capaces de venderse a un delincuente y dejar impune el crimen de una menor de siete años? 

La iglesia está llena, el sacerdote mismo reconoce que no hay palabras para despedir a un angelito, a una niña a la que le arrebataron la vida, que no hay palabras para decirle adiós a un hijo cuando toda la vida se ha tenido el pensamiento de que serán los padres quienes acudan primero al llamado de Dios. 

Los vecinos y amigos sienten en su corazón esa tristeza, ni siquiera pueden imaginar cuán grande es para los papás que apenas ayer jugaban con su hija y que mañana despertarán para ver su cama vacía, sus juguetes quietos, y ese sepulcral silencio que provocó una bestia maldita, un desquiciado que diciendose hombre, disparó y la mató. 

Con qué cara, las autoridades se atreverán a decir que lo han puesto en libertad, con qué cara reconocerán que la vida de las personas tiene un precio, con qué cara de complicidad acudirán para solapar a un asesino, con qué cara le dirán a todos esos vecinos indignados, que el hombre que mató a la niña quedó libre por ser conocido de algún político poderoso… ¿Y quién será ese político o funcionario público que meta las manos al fuego por el ASESINO?

Ayer, las ambulancias de la Cruz Roja, con sus sirenas encendidas rindieron homenaje a la hija muerta de quién por varios años fue un brigadista que ayudó a salvar muchas vidas. Así mismo conductores del transporte público local acompañaron la caravana. 

Mientras unos desgraciados abogados se atreven, por dinero, a tratar de defender a una bestia que bien pudo disparar contra sus propias familias. Ayer, la Colonia Rojo Gómez en Tulancingo permaneció en luto, guardó silencio por el descanso de la menor, pero hoy, no dejarán de levantar la voz, no dejarán de poner atención en lo que suceda con el ASESINO, saben que no es tiempo de miedos, sino de acción, y que sepan las autoridades que 40 años de prisión son pocos para un ASESINO que sin más se atrevió a disparar en contra de una familia, que sin más ASESINÓ a una niña que tenía todo un futuro por delante. 

Hoy a la colonia Rojo Gómez les hace falta un corazón, pero también les hace falta la JUSTICIA que han pedido en las últimas horas. 

¡JUSTICIA, SEÑOR GOBERNADOR! 

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