IGUALDAD SUSTANTIVA, EMPODERAMIENTO EFECTIVO
Con el propósito de visibilizar brechas, así como de facilitar el diseño e implementación de políticas públicas que permitan atenuar las disparidades, la información estadística juega un rol fundamental, por lo que la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas ha desarrollado una nueva herramienta a través del “Portal de Desigualdades en América Latina”.
Este portal forma parte de los diversos recursos de información ofrecidos por CEPALSTAT y busca difundir datos sobre distintos aspectos de la desigualdad en los países de América Latina de manera sencilla y comprensible, utilizando gráficos que ilustran las brechas existentes y textos breves que describen la construcción de los indicadores, su interpretación y los resultados obtenidos.
La CEPAL reconoce que la desigualdad es un fenómeno multidimensional, abarcando aspectos políticos, sociales y culturales, y debe entenderse desde una perspectiva relacional, vinculada estrechamente a las relaciones de poder. Así, la desigualdad no solo se manifiesta en la concentración de los recursos económicos, sino también en la exclusión y la distribución inequitativa del poder político, donde una pequeña parte de la población concentra gran parte de la riqueza y el poder de decisión.
La “matriz de desigualdad social” de la CEPAL propone una estructura basada en “ejes” y “ámbitos” para entender las diferentes dimensiones de la desigualdad. Los ejes de la desigualdad social son las categorías fundamentales que determinan las experiencias de desigualdad de las personas, como clase o estrato social, género, raza, etnia, edad y territorialidad. A su vez, los ámbitos de la desigualdad social son las áreas específicas del desarrollo, como ingresos, trabajo, educación y salud, donde estas desigualdades se manifiestan y reproducen.
Por ejemplo, el portal muestra las desigualdades más características en ámbitos esenciales de las condiciones de vida de la población latinoamericana, como la distribución del ingreso, el acceso al empleo y la protección social, y el acceso a la educación, la vivienda y los servicios básicos. Para cada área temática, los resultados se desagregan según uno o más de los ejes de la matriz de desigualdad social, tales como sexo, identificación étnico-racial, grupos de edad, estrato socioeconómico y ubicación geográfica.
Los gráficos que presentan son interactivos y permiten analizar tanto la situación regional como la de cada uno de los países, para un amplio conjunto de años para los que se dispone de información. Los gráficos se acompañan con cuatro pestañas de texto donde se describe el indicador y la forma en que se lee: ¿Qué mide y cómo lo leo?, la metodología de construcción del indicador; ¿Cómo se construye?, su utilidad; ¿Para qué lo puedo utilizar?; y una breve descripción de sus resultados “Comportamiento regional del indicador”.
Por citar algunos, en el Ámbito de las desigualdades sociales en América Latina en lo que respecta a el mercado de trabajo y los ingresos, las desigualdades sociales en el mercado de trabajo están ligadas a la heterogeneidad de la estructura productiva, caracterizada por brechas de productividad, acceso y calidad de empleo y remuneraciones.
Las desigualdades en el acceso al empleo se manifiestan, por ejemplo, cuando se compara la tasa de ocupación entre hombres y mujeres. En el promedio regional, la tasa de ocupación de los hombres es de 70 por ciento, en comparación con el 47 para las mujeres.
La desigualdad de género en la ocupación se traslada al ámbito del ingreso que resulta de la actividad laboral. En efecto, debido a la menor participación de las mujeres en la fuerza de trabajo y a su concentración en actividades con ingresos bajos, los ingresos percibidos por las mujeres es una tercera parte de la masa total de ingresos generados por las actividades laborales.