RETRATOS HABLADOS
Sin darnos cuenta, asistimos al sepelio de los medios tradicionales, cuando aceptamos, no sin protestas, que ninguna noticia puede quedar totalmente cerrada en su investigación y difusión, por el mero hecho de haber aparecido en un periódico impreso; descubrimos que el aviso, ahora muy popular y usado, al calce del texto en el portal digital, “información en desarrollo”, marcaría, para bien y para mal, la nueva tendencia, a la par de gobiernos surgidos de una izquierda real o ficticia, ciertos de que ya no necesitaban de intermediarios para dar a conocer sus actividades o posturas ante la realidad de un país.
Del mismo modo, se generó la idea de que era posible un ecosistema informativo totalmente horizontal, en el que todos, absolutamente todos, podían asumir el papel de reporteros, incluso analistas, con un teléfono celular, enlace a internet y la posesión de un blog, un portal, una cuenta en Facebook, etcétera, etcétera.
Todo está “en desarrollo”, y ningún hecho debiera cerrarse, porque para lo panegiristas de este nuevo modelo informativo, nada está construido de manera permanente, y, por el contrario, la múltiple generación de versiones sobre un mismo acontecimiento, redunda en un conocimiento más amplio de dicha realidad.
Los impresos viven sus últimos días, lo dicen y remachan cotidianamente los que se han montado en el ecosistema digital informativo, que sin embargo están ciertos que la emoción por participar en estas nuevas tecnologías, todavía no llega a buen puerto, y si acaso es la vía más rápida para que el eterno sueño del control de los medios por parte del poder, sin complicaciones, sea alcanzado por la “la socialización” a ultranza del trabajo periodístico, hoy en manos de quien así lo desee, pero ya no solo como espectador, sino en calidad de protagonista.
Así las cosas, la necesidad de fijar en la memoria histórica de un país las bases fundamentales de ese proceso, necesitarán del papel, guste o no a sus detractores, porque, pese a todo, garantiza la permanencia, el testimonio imborrable de una sociedad.
Como quiera que sea vivimos, tenemos la suerte de poderlo hacer, uno de los momentos más importantes para el trabajo informativo, en el que deberá aplicarse un principio sabio y necesario: conjuntar lo mejor de cada uno de estos mundos, el del impreso con el digital, para dar frutos importantes, como hoy mismo los podemos observar en portales hechos con un rigor periodístico cierto, a la par de una calidad técnica observable, que sin embargo, solo pueden hacer periodistas en el estricto sentido de la palabra. Es decir, de academia con experiencia en el escenario real, y los que, todavía, y qué bueno, han hecho su vida en redacciones, hasta hace poco solo con olor a tinta, hoy también en las que han decidido incursionar al terreno invisible pero cierto, del periodismo digital.
Vienen buenos tiempos para todos los que abrazaron esta carrera porque creyeron que informar es una responsabilidad social, sin que esto implique ser simplemente intermediarios, sino los que trabajan cotidianamente porque todos, absolutamente todos, tengan el derecho fundamental a decir lo que piensan sin temores de ningún tipo.
Mil gracias, hasta mañana.
Correo: jeperalta@plazajuarez.mx
X: @JavierEPeralta