El grupo chií libanés Hizbulá lanzó este jueves uno de sus peores ataques contra Israel en casi nueve meses de fuego cruzado, en respuesta a la muerte de uno de sus comandantes la víspera y en medio de renovados temores al estallido de una guerra abierta entre ambas partes.
La formación anunció el lanzamiento de más de dos centenares de proyectiles «de diversos tipos» contra cinco cuarteles generales del Ejército israelí en el norte del país y, poco después, asumió en otro comunicado la autoría de una operación aérea con una «bandada de drones de ataque».
La acción con aviones no tripulados tuvo como objetivo otros siete cuarteles importantes del Estado judío, entre ellos algunos de los que ya habían sido atacados durante el lanzamiento inicial de proyectiles, según la nota.
El Ejército israelí confirmó la llegada de más de 200 cohetes y alrededor de una veintena de drones a su territorio, aunque aseguró en un comunicado que su defensa antiaérea «interceptó con éxito muchos de ellos», mientras que otros cayeron en espacios abiertos.
Pese a la activación de las defensas antiaéreas, alguno de los impactos causó la muerte de un soldado reservista, según un comunicado castrense israelí, que no detalla en qué punto del país se produjo el fallecimiento ni sus circunstancias concretas.
Ataques de represalia
El ataque de Hizbulá, uno de los de mayor envergadura desde el inicio de las hostilidades el pasado octubre, es parte de la respuesta a un bombardeo israelí que el miércoles acabó con la vida de su alto comandante Mohamed Niamah Nasser en el área de Al Housh, en el sur del Líbano.
Nasser, que comandaba la destacada Unidad Aziz del grupo chií, fue despedido este jueves con un multitudinario funeral en los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, uno de los principales bastiones de Hizbulá.