Agenda educativa
La universidad moderna europea se configura entre los siglos XVIII y XIX. Su origen está marcado por la Reforma protestante, la edificación de los Estados-nación y la consolidación de la ciencia. El modelo de universidad francesa y el modelo de universidad alemana son las expresiones más claras para comprender el surgimiento y las características de la universidad moderna europea.
La Reforma protestante y la Contrarreforma dieron lugar a la creación de nuevas universidades. Pero, la ciencia y la filosofía se practicaron al margen de la institución universitaria. “La ciencia y la investigación experimental se refugia en las academias científicas”, señala Tünnermann (2003, p. 33).
Otro de los elementos contextuales para comprender el nacimiento de la universidad moderna europea fue la “nacionalización de las universidades”, proceso que se reconoce en el modelo de universidad napoleónica. La Revolución Francesa y los enciclopedistas e ilustrados franceses consideraron a las universidades instituciones anacrónicas y contrarias a la ciencia, lo que llevó a suprimir todas las universidades de Francia según la Ley de la Convención de 1793.
Tan solo unos años después, Napoleón Bonaparte, entre 1808 y 1810, apostó por crear un tipo de universidad que sirviera al Estado y ser sostenida financieramente por este. A cambio, el Estado organizaba los planes de estudio, la administración y el nombramiento de los profesores y autoridades educativas. La función de las nuevas universidades, o al menos de este modelo, sería la profesionalización y la formación de egresados que contribuyeran a la maduración de la burocracia estatal.
Asimismo, a principios del siglo XIX surge otra expresión que define la conformación de la universidad moderna: el modelo de la universidad alemana. Según Tünnermann (2003), a petición de Federico Guillermo III, rey de Prusia, entre 1809 y 1810 se encargó a Wilhelm von Humboldt —hermano de Alexander von Humboldt— la creación de un nuevo tipo de universidad, lo que sería la Universidad de Berlín de 1810.
Las características de la universidad humboldtiana fueron: el cultivo de la ciencia (el conocimiento) unificada en todas las disciplinas y organizada en facultades; el descubrimiento (la investigación); la autonomía, entendida como la capacidad de gobernarse a sí misma, aunque dependiera financieramente del Estado; y la libertad de cátedra resumido en el principio filosófico, libertad y soledad.
Al final, ambos rasgos de la universidad moderna —la francesa y la alemana— recibirían críticas: la primera, por centrarse solamente en la profesionalización; la segunda, por convertirse en una torre de marfil despreocupada o alejada de los cambios sociales. Esto implicaría cambios para otro tipo de universidad que tenemos en el siglo XX, la universidad contemporánea.
Recomendaciones para ampliar el estudio histórico y filosófico de la universidad moderna: Sheldon Rothblatt y Björn Wittrock, La universidad Europea y americana desde 1800: las tres transformaciones de la universidad moderna. También el texto de Claudio Bonvecchio, El mito de la universidad.
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