MEMENTO
“Otros que jugaban más allá, venían para unir su voz también y cada vez crecía más, aquel ejército de paz donde desfilaban más de cien, lala-lalalala”
La guerra de los niños – Roberto Carlos
Guerra tiene una historia etimológica muy interesante, proviene del gótico wirro o werra, que significa pelea, discordia, confusión. En el latín medieval aparece como guerra o werra, adoptada de las lenguas germánicas. Este término poco a poco fue desplazando a la palabra latina clásica bellum (“guerra, combate”), que era la forma culta. De hecho, “belicoso” o “bélico” aún conserva la raíz latina bellum, mientras que “guerra” conserva la raíz germánica.
La canción que ilustra esta colaboración debe ser setentera, creo haberla escuchado en los ochentas y realmente me conmovía. Pertenezco a la Generación X, mucha de nuestra herencia cultural es de la generación anterior, la llamada baby boomers, cuyos nacimientos fueron posteriores a la Segunda Guerra Mundial. A la “Gen X” nos tocó vivir con las secuelas de la Guerra de Vietnam y la Guerra Fría, además de tener el miedo constante de una Tercera Guerra Mundial. El cine hacía películas constantes de ese futuro —y muy cercano— conflicto. Un paliativo era saber que existían: Stallone, Schwarzenegger —la neta, tuve que googlearlo—, Bronson, Norris, Willis y actualmente Dwayne “The Rock” Johnson.
Tanto naturalizamos la guerra que dejó de asustarnos y la vivimos de manera coloquial. En la escuela jugábamos a echar “guerritas” y volaban piedras y uno que otro gabarro. Posteriormente nos invadieron los videojuegos; muchos nos gastamos el cambio de las tortillas en intentar pasar el tercer nivel de “Contra”. Actualmente “Free Fire” y “Fortnite” son juegos de battle royale, donde además de ser un juego de combate han servido como salas de chateo y hasta de ligue. N’ombre, si les contara las historias de infidelidades generadas a través de estos juegos, no me lo creerían.
Hace unos meses, los titulares de algunos medios hacían referencia a una posible guerra mundial, primero por el conflicto en Ucrania y más recientemente por los ataques de Israel a Palestina. Hay quienes piensan que se detuvo el tercer conflicto global. Para un servidor —y algunos miembros de la mesa redonda del Tinacal Los Tuzos, en la que discutimos estos temas—, la Tercera Guerra Mundial lleva mucho tiempo cocinándose; hemos convivido con ella, se encuentra latente. Esta guerra no solo será entre armas de fuego, biológicas o nucleares, no. En esta guerra los combates se dan en campos económicos, donde algunos países se pelean constantemente por ser la nueva potencia mundial. Creo que Estados Unidos de América poco a poco está perdiendo este adjetivo, tanto de manera social, cultural como económica. Solo nos queda esperar quién ganará esta nueva guerra.
A mi papá le encantaba escuchar “Imagine” de John Lennon. Una frase que se repite en la canción es: Imagine all the people livin’ life in peace. Imaginar a la gente viviendo en paz resulta poco sencillo; hemos dejado de ser comunidad, ya no compartimos con los vecinos, el chisme ya no se da en los lavaderos y las posadas solo son bailes. Difícilmente vemos una solidaridad entre la gente. Ya es muy cotidiano ver peleas en redes sociales, discusiones en texto y videos de peleas o violencia.
La conseja del día:
Algunas personas peleamos guerras locales de manera constante: en nuestras áreas laborales, con nuestra familia, en algunas fiestas, en los juegos de fútbol. La paz mundial no será tan sencilla de lograr, pero la paz personal sí está en nuestras manos. Como dirían algunos hippies: “Hagan el amor y no la guerra”. Y como diría mi Awe: “No te pelees, hijo, no seas díscolo”.