A 105 años del asesinato de Emiliano Zapata, la candidata del partido Morena para el Distrito XII de Pachuca, Tania Meza Escorza reconoció que además de ser un héroe en la historia de México, es uno de los grandes emblemas de la Cuarta Transformación de la vida pública del país.
“No solamente fue un hombre extraordinario por lo que logró en su tiempo y espacio, sino por lo que simbolizó a través de los años; representó a los más pobres, a los olvidados, a los indígenas monolingües esclavizados por los dueños de las haciendas. Posterior a la Revolución, ha sido el símbolo de las personas más desposeídas, a las que Eduardo Galeano llamó ‘los nadie’”.
La morenista comentó que Zapata es una guía de la 4T, ya que si bien, aún no se logran alcanzar al 100 por ciento sus preceptos principales —“Tierra y libertad” y “La tierra es de quien la trabaja”—, como servidores públicos deben atenderse las demandas de justicia bajo los ideales revolucionarios de igualdad.
Asimismo, recordó que el gobierno de aquellos años emprendió una campaña de desprestigio contra el Caudillo del Sur, apoyado por la prensa oficialista que celebró su asesinato al referirse a él como “el hombre bestia”, “el Atila del Sur” o como “el desalmado que comía carne humana”.
Sin embargo, expresó Meza Escorza, la población nunca creyó tales historias contra él y tan sólo 12 años después de su asesinato, el Congreso de la Unión de nuestro país decretó publicar con letras de oro su nombre.
“La fuerza de este hombre no paró con su asesinato por el gran poder que tenía en la movilización de las personas que estaban hasta abajo en la pirámide del acceso a las oportunidades, el jefe Zapata tenía un pensamiento revolucionario que representaba un peligro para los dueños del poder y los gobernantes de aquellos años”.
“Y tal como lo ha declarado nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, los héroes nacionales, como Zapata, deben ser el ejemplo a seguir en el actuar diario de cada servidor y servidora pública”, finalizó Tania Meza.
Emiliano Zapata nació en 1879 en Anenecuilco, Morelos; su interés y liderazgo en la defensa de tierras lo llevó a ser nombrado en 1909 presidente de la Junta de Defensa de las Tierras de Anenecuilco.
Una vez que inició la Revolución, se involucró en el movimiento maderista atraído por el Plan de San Luis, pero cuando este triunfó Zapata se negó a dejar las armas hasta que la repartición de tierras se cumpliera. Para 1911 proclamó el Plan de Ayala y desconoció el gobierno de Madero, al considerar que había traicionado la causa campesina.
Fundó y lideró el Ejército Liberador del Sur, un ejército revolucionario constituido por campesinos e indígenas; se dedicó a combatir el latifundismo y a emprender la repartición de tierras. El 10 de abril de 1919, Emiliano Zapata fue asesinado en la hacienda de Chinameca, Morelos como consecuencia de una artimaña erigida por el coronel Jesús Guajardo.