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sábado, diciembre 21, 2024

El mayor espectáculo de 

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ballet vuelve a México

El espectáculo de ballet ‘Despertares’ vuelve a México dos años después de la mano del mejor bailarín del planeta, el mexicano Isaac Hernández, que explica este domingo a EFE al subrayar que es único por ofrecer «la mayor variedad» de artistas en «una sola noche».

Preguntado sobre por qué es el evento más grande de esta disciplina, responde: «Porque es el único espectáculo que tiene como propósito ofrecer la mayor variedad posible de artistas y de contenido en una sola noche».

El 23 de agosto a las 20:30, el Auditorio Nacional de la Ciudad de México se vestirá de gala para recibir a cerca de 50 bailarines de 20 países diferentes en un formato sin parangón en el panorama artístico.

«Las compañías de ballet, obviamente, tienen más de 50 artistas en escena, pero ningún formato de galas, de repertorio mixto, llega a atraer a este número y a esta calidad de artistas», afirma.

Hernández señala que lo que le «entusiasma» más de ‘Despertares’, que nació en 2011, es esta profesionalidad, pues asegura que, cuando era pequeño y asistía a espectáculos de danza, «salía siempre frustrado».

«Me parecía que menospreciaban mucho al público porque todas las compañías venían con la idea de que, en México, no saben de ballet», lamenta.

El mejor del mundo

Hernández, hijo de padres también bailarines, nació en 1990 en Guadalajara, capital del occidental estado de Jalisco, y, desde entonces, el ballet ha formado parte de su vida.

«A los ocho años empecé a hacer competencias nacionales, después internacionales y me fui dando cuenta de que había pocos mexicanos en la escena internacional», relata.

Los viajes eran su pan de cada día hasta que, al cumplir 18 años, se fue a Estados Unidos, al San Francisco Ballet, donde dos años después fue ascendido a bailarín solista.

A partir de aquí, comenzó a recorrer y a instalarse en otras ciudades del mundo, así como formar parte de centros con gran reconocimiento.

«Empiezo a construir una carrera única precisamente por mi ambición profesional», reconoce Hernández, que pone en valor su «curiosidad» tanto para conocer nuevos estilos como entornos dónde trabajar.

Algo muy difícil ha sido «consolidar» la consideración de «niño prodigio» que recibía de pequeño porque requiere de «saber balancear» distintos elementos, como la «demanda física», el estado de ánimo y las decisiones a tomar para llegar a la meta.

En 2018, obtuvo el Benois de la Danse, considerado el galardón supremo en el ballet, que lo convirtió en el mejor del mundo.

«Es un premio que muchos grandes bailarines terminan su carrera sin haberlo recibido. Entonces, me siento afortunado de haberlo vivido como bailarín profesional», sonríe.

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