CINE DE HOY
Durante la filmación de escenas íntimas, hay actores que se dejan llevar y no se controlan, lo que resulta más grave si lo hacen sin el consentimiento de su contraparte, baste recordar a Marlon Brando en “El último tango en París” o a Jack Nicholson en “El cartero llamó dos veces”.
Ese es el tema de “Un actor malo”, segundo largometraje de Jorge Cuchi, que se acaba de estrenar en la Cineteca Nacional y en el circuito comercial.
El actor en ascenso Daniel Zavala (Alfonso Dosal), viola durante una escena de cama a Sandra Navarro (Fiona Palomo) que de inmediato quiere demandarlo.
Las cosas se complican porque ni el director Gerardo (Gerardo Trejoluna) y el resto del crew parecen haberse percatado del asunto, “pues ella no gritó”.
Daniel, quien tiene aspiraciones hollywoodenses niega rotundamente la violación y toma una postura machista.
Sin embargo, una de las compañeras de Sandra sube el video al internet, y el actor es linchado mediáticamente.
Se trata de un tema controversial y una apuesta arriesgada, pues ninguno de los actores, especializados en comedia Dosal (“Tres idiotas”) y Palomo (“El roomie”) habían enfrentado papeles tan demandantes.
El director de “50 o dos ballenas se encuentran en la playa” había tenido muy buen debut con un tema igualmente escabroso.
Aquí se queda a medio camino, y el alegato feminista termina por ser una condena a la violencia que lo ha rodeado.
Un actor malo resulta pues un filme interesante, pero no del todo logrado.