RETRATOS HABLADOS
La imperiosa necesidad de posicionarse como eventuales candidatos de Morena al gobierno de Hidalgo, aun cuando no sólo faltan cuatro años para que concluya la administración del gobernador, Julio Menchaca Salazar, sino que se le debe agregar que por asuntos de paridad de género, quien gobierne los siguientes dos años al término de la actual administración, habrá de ser mujer, ha motivado una serie de escenarios dentro del partido oficial, que son explicables, pero nadie se ha tomado la molestia de explicarlos.
Si a lo anterior agregamos la campaña que realizan los que se autollaman “inmaculados luchadores de izquierda”, o “morenistas con denominación de origen”, pareciera que nos enfrentamos a un momento de quiebre, pero no es así. Se trata de las acostumbradas acciones para jalar reflectores, de algunos personajes, que han jugado lo mismo con el tricolor, Acción Nacional, el PRD, y hoy visten la casca del poder.
Cuauhtémoc Ochoa, hoy senador de la República por Morena, decidió que era el momento de irse con todo en contra del secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, a quien acusó de haber fraguado toda una estrategia para que los presidentes municipales de su partido, “ni lo oigan, ni lo vean”, sabrá Dios con qué fines tan maquiavélicos.
La estrategia, que de estrategia no tendría nada, suena tan simplona, que más parece un primer acto para acercarse los reflectores muy por adelantado de la sucesión, de quien empezó sus labores en los terrenos políticos al afiliarse al Verde Ecologista en 1999, y lograr la diputación federal plurinominal de 2003 a 2006, y un año después, en 2007, ser fichado por el entonces gobernador, Miguel Ángel Osorio Chong, quien lo nombró secretario de Turismo.
Está claro que Olivares Reyna, manifestó que lo dicho por el senador, eran unas declaraciones muy desafortunadas, pero por lo mientras, y como cierre de año, ya generaron lo que deseaban generar: la atención de no pocos políticos morenistas, y, por supuesto, todo tipo de interpretaciones, que toman el camino deseado: situarlo en una carrera que ni siquiera ha empezado por la candidatura. Insisto: falta tanto, pero tanto tiempo, que se antoja un destino.
Lo que, sí hace evidente, es que Morena está urgido de un dirigente con más peso específico, y que tenga conciencia clara de que no puede jugar su propio juego, y mucho menos querer empezar el telón de un sexenio que está por entrar a su momento más importante, justo a la mitad, cuando quedan cimentadas todas las obras y acciones fundamentales. Vaya pues, no es el momento para querer apurar las horas del reloj.
Sin embargo, así funcionan las cosas en un instituto político que deberá empezar en el 2025 una consolidación real, que de una vez por todas diga con todas sus letras, que su jefe político es el gobernador Menchaca, porque partido que decide irse por la libre, pese a haber logrado triunfos casi totales en los comicios electorales, contradice su propia razón de ser.
Porque o es la base fundamental de cada uno de sus gobernantes, sea en el plano municipal o estatal, o simplemente deja de funcionar. Hablo de política pragmática, real pues, la que se hace cotidianamente, política que consolidó el poder de un personaje con el que se puede estar o no de acuerdo, pero personaje ya histórico en el país, y por supuesto me refiero al ex presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Mil gracias, hasta mañana.
Correo: jeperalta@plazajuarez.mx
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