El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Israel, el teniente general Herzi Halevi, aseguró este miércoles que sus tropas sabrán llevar a cabo una política de incursiones y ataque en la frontera gazatí con Egipto, el apodado corredor de Filadelfia, si se ven obligadas a abandonar esta franja en virtud a un acuerdo de tregua con Hamás.
«Si deciden que nos quedamos en Filadelfia, sabremos cómo permanecer allí y mantenernos fuertes. Si deciden que debemos vigilar [la zona] y realizar incursiones siempre que tengamos una indicación, sabremos cómo hacerlo», añadió Halevi durante una evaluación sobre el terreno en el sur de la Franja de Gaza.
Sus palabras se producen después de que en julio, en una reunión de los miembros negociadores en Roma, la delegación israelí incluyese dos nuevas peticiones -según ellos, aclaraciones- en el borrador de tregua: la permanencia de tropas en el corredor de Filadelfia y en el cruce de Rafah para impedir el contrabando de armas a Hamás y la creación de un mecanismo para impedir que los palestinos armados accedan al norte de Gaza.
Desde el inicio de las negociaciones, una de las demandas inamovibles de Hamás para una tregua en Gaza ha sido tanto el fin definitivo de la guerra como «la retirada total y definitiva» de las tropas israelíes del enclave, donde ya suman casi 40.000 los gazatíes muertos según el registro de Sanidad en hospitales.
Además, Halevi añadió que el «próximo paso es el regreso de los rehenes», de los que Israel estima que quedan todavía 111 cautivos en Gaza, entre ellos al menos 39 confirmados muertos.
«(Devolverlos) es el objetivo de la guerra. Estamos trabajando en ello con gran determinación y quiero que sepáis que lo que estáis haciendo sobre la tierra y bajo tierra tiene un impacto significativo en ello», dijo el militar a los soldados. «Hamás debe saber que cada día que mantenga a nuestros rehenes será más amargo que el anterior».
Tras más de diez meses de ofensiva israelí, la Franja de Gaza se encuentra sumida en una crisis humanitaria sin precedentes, la inmensa mayoría de la población se ha visto forzosamente desplazada de sus hogares en múltiples ocasiones y un 1,8 % ha sido aniquilada, según los últimos datos de la Oficina Central Palestina de Estadísticas, que cifró en menores de 30 años a alrededor del 75 % de todas las víctimas mortales.