Los arqueólogos de la Misión de la Universidad de La Laguna -en el archipiélago canario español- en la TT 209 en Luxor han constatado que unas 160 figurillas funerarias de arcilla (ushebtis) halladas en la tumba fueron realizadas por mujeres muy jóvenes, según un análisis pionero realizado a partir de las huellas dactilares encontradas.
Es uno de los primeros estudios de huellas dactilares del Egipto antiguo –el mismo equipo publicó un breve avance hace dos años– y el que ha analizado la cifra más alta y con resultados más claros de edad, sexo e incluso altura de los individuos, por lo que puede usarse como base segura para abordar la comprensión de las tareas artesanales y del funcionamiento de los alfares, explicó a EFE Miguel Ángel Molinero, director del Proyecto 209 en Luxor.
Este hallazgo, realizado en las últimas campañas en la tumba tebana 209, ha sido publicado en la revista científica alemana ‘Antropologischer Anzeiger’ en un artículo firmado por Molinero, que es profesor titular de Historia Antigua-Egiptología en la Universidad de La Laguna; Esperanza Gutiérrez y Jesús Herrerín, ambos de la Universidad de Alcalá y del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Policiales, en España.
Las figurillas funerarias denominadas ushebtis son los objetos más habituales en los yacimientos funerarios de la civilización del Nilo y en las colecciones egiptológicas de los museos, junto a amuletos y escarabeos, explicó Molinero.
Ya sea representados con la ropa elegante de un miembro de la clase alta o con las piernas juntas y los brazos en posición «osiríaca» y, en consecuencia, como una momia, se introdujeron en los ajuares para representar a la persona difunta (shabti) y, en una etapa posterior, a los servidores (ushebti) que la sustituían en el desempeño de tareas agrícolas en el Más Allá produciendo las ofrendas que necesitaba.
Fue en una de las cámaras laterales del complejo funerario, la SC3, donde descubrieron unos 160 ushebtis de arcilla que por forma y tamaño debieron de integrar un mismo conjunto.
En origen, alguno o la mayoría estaba pintado o glaseado pero la humedad de esta tumba, un problema para otros aspectos, ha hecho perder la cubierta y hacer visibles las huellas en el núcleo de arcilla.