PIDO LA PALABRA
¿Para qué esperar al Primero de Octubre para continuar el cambio? Nuestro día comienza hoy, nuestras necesidades las tenemos hoy, y la única voluntad que existe también la tenemos solamente hoy; entonces, ¿para qué esperar una fecha incierta para continuar o comenzar a cambiar? ¡Hagámoslo ya, este es el momento para salir de nuestra zona de confort!
La vida sigue rodando, algunos se nos han adelantado, otros, están a punto de emigrar a ese sitio del que jamás se regresa, otros tantos, están por llegar a este planeta indecente en donde tendrán la obligación de aportar al pago de todas las deudas que sus ancestros les heredarán, pero al final, en realidad nada ha cambiado, todo es igual, los mismos conflictos sociales, las mismas promesas de siempre, líderes reciclados, fiscales carnales, partidos políticos invadidos por quienes solo buscan su costalito de oro, y sobre todo, un país lleno de ciudadanos esperanzados de que sí se cumplan las promesas, sobre todo las de los programas sociales.
En México, al igual que en el resto de los países, este año ha tenido movimientos importantes en todos los aspectos; en el económico, en el político y en el social, pero, a pesar de todas esas vicisitudes que como mexicanos hemos tenido que enfrentar, y seguramente lo seguiremos haciendo, no olvidemos que sigue estando en nuestras manos el futuro que cada uno queremos para nosotros y nuestra familia.
Aquellos que hoy todavía nos representan aseguran que no pasa nada, que estamos bien, y muy al estilo de aquel conocido eslogan populista de los años setentas, nos dicen que vamos “arriba y adelante”; nos pintan como un país en pleno crecimiento, con enormes posibilidades de desarrollo y que estamos en el camino de progreso; la realidad que yo veo es otra; el ambiente que se respira en las calles, en los mercados, en las plazas públicas, nos lleva a otra dimensión de entendimiento de las cosas, nos damos cuenta que falta mucho camino por recorrer; por supuesto, tenemos en todo tiempo el derecho de quejarnos y exigir, pero también de pensar y actuar, pues de todas maneras tendremos que enfrentar los problemas que se nos avecinan; por lo tanto, la estrategia del avestruz no nos servirá para nada, vale más hacerlo con energía positiva y empezar desde este momento, no esperar hasta el primero de octubre.
Por ello, en vez de preocuparnos, lo mejor es ocuparnos de nuestros problemas, de nuestras vidas, de nuestras familias, colocando cada cosa en su lugar y no evadir responsabilidades; tomar al toro por los cuernos, eso es lo que la experiencia nos ofrece y tenemos que aprovecharla; dejemos que el enfrentamiento que se alimentó por seis años se esconda en un perfil bajo, haciendo sus maletas para abandonar este barco que dejarán lleno de hoyos y de odios.
Queremos tiempos mejores, pues entonces ¡manos a la obra! Debemos poner todos nuestros sentidos en acción y decidir por lo que mejor convenga a los intereses de las mayorías y no únicamente a los intereses de esos eternos líderes abusivos que siempre están buscando a la persona más necesitada para seguir timándola con sus falsas gestiones y promesas, cuando solamente las utilizan como escalón político.
Por ello, la educación debe ser factor de cambio, pues es la fórmula para eliminar la apatía, miedos e indolencia desde sus bases, pues todos ellos son el alimento de los flautistas seguidos de una larga fila de ratones.
Aquí en Hidalgo se requiere gente de trabajo, gente de bien que quiera servir al pueblo y no servirse de él, pero también, gente que haga valer sus derechos por la vía institucional y no por la vía de la violencia irracional como algunos sectores fácticos acostumbran.
Los mexicanos enviamos un mensaje el 02 de junio: no convertirnos en un país de “no pasa nada”; pero también entendamos, que nuestro destino comienza cada día, y el cambio comienza con nosotros.
Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.