RELATOS DE VIDA
El calor era insoportable, así ha estado desde hace mucho tiempo, Elena odia el calor y el clima ha generado que su humor se dispare intempestivamente sin distingos de género o condición.
Ya era viernes, y para ella representaba un alivio porque podía quedarse en casa todo el fin de semana, con tan solo un pantalón corto deportivo, una playera ligera y unas chanclas, así descansar del calor y del trajín de las actividades académicas.
Para poder recibir bien los días de descanso, decidió ir a la escuela con la mejor actitud y con ropa fresca, un pantalón blanco, un top y unos huaraches, se sentía cómoda, ligera y principalmente fresca.
Al llegar, saludó a sus amigos y se dispuso a tomar las clases con toda calma y sin contratiempos; al finalizar, sus amigos la esperaban en la salida para tomar un refrigerio y despedirse.
Cuando se dirigía hacia ellos sintió un ligero cólico, y enseguida un algo que se deslizaba al interior de su cuerpo para salir por aquella parte tan íntima, detuvo el paso, respiró profundamente y caminó lentamente rumbo a sus compañeros que la esperaban con una cubeta con agua para refrescarla del calor.
En cuanto llegó al lugar, ni tiempo le dio para avisar que no lo hicieran porque tenía un problema, y solamente sintió el agua recorrer todo su cuerpo, y el miedo de que su pantalón blanco se manchara, lo cual sucedió.
Ante la mirada de sus compañeros, apenada y enojada por la broma, salió a buscar un taxi que la llevara a casa para atender su llamativo problemita, y ya en la unidad, y para desviar la atención del conductor, le contó que durante el almuerzo de la escuela un compañero tropezó y le echó encima un vaso con agua de jamaica, manchando su impecable pantalón blanco, por lo que le urgía llegar a su casa.