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martes, diciembre 3, 2024

A ver quién se cansa: si nosotros de esperar, o ellos de hacernos esperar

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LAGUNA DE VOCES

Mejor esperar otro día, semana, mes, año. Llegará cuando menos lo pienses, y entonces será una gran sorpresa, única, capaz de alegrar el corazón de los más infelices. No creo que se haya olvidado de nosotros, que tanto le pedimos con el corazón en la mano y la ilusión de que su llegada nos traiga la esperanza que hemos perdido. Pero aquí estamos, y eso ya es ganancia. Mira si no, porque hasta las rosas del jardín se pusieron tan hermosas, y son rosas rosas, no rojas, no blancas. No, rosas como deben ser, si no qué chiste y qué absurdo dejarles el nombre si no son de ese color. Pero ve, con la mano haz a un lado las espinas, las ramas de los árboles gigantes que hoy son los edificios más grandes, con departamento exclusivos para parvadas de pájaros que se anidan a cada rato, y hasta una suite presidencial para los colibríes que aquí sí encontraron su casa. Así que, por principio de cuentas sí que hay esperanza, y te lo repito, nadie entendería que las flores crecieran con tanto despliegue de arrogancia, si previeran que solo serían vistas por fantasmas, que dicho sea de paso te repito que sí hay, y que yo los he visto más de una vez en madrugadas de luces y estrellas que se dejan caer en la fuente. Así que ni de qué preocuparnos, llegará en cualquier momento, y brincarás de gusto, yo creo todos lo haremos, porque a estas alturas será un milagro, y más después de tantos desengaños, ilusiones que se fueron a la basura. Pero uno es necio y quiere creer, y vieras que no es de querer, sino que dejar de hacer es morirse. Esto es así, y cuando menos yo estoy muy contento de que tanto trabajo, tanto desvelo termine en una noticia esperada por todos. Sí, ni digas que no, los he escuchado cuando cuchichean, cuando primero hasta se burlaban con los ojos llorosos por las carcajadas y el comentario ese tan de plano grosero del, “a estas alturas ya nadie espera nada, pero bueno, están en su derecho y deber de creer lo que quieran”. Por eso espero ese día con ansias, con singulares ganas de reírme a carcajadas, de decirles en su cara que sí, que siempre es posible, hasta ver milagros convertidos en realidades. Eso anima, al menos unas horas hace pensar que todo es posible, todo, absolutamente todo.

Asunto de esperar otros años, si quieren hasta lustros, décadas, siglos. A ver quién se cansa, si uno de esperar, o ellos de hacernos esperar.

Mil gracias hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx

@JavieEPeralta

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