La alternativa asiática a los famosos festivales Burning Man (EE.UU.) y Tomorrowland (Bélgica) se celebra en un idílico entorno natural de la provincia tailandesa de Chonburi (al sureste del país) y arrasó este año con unos 28.000 asistentes, según datos revelados por los organizadores.
Celebrado entre el 12 y el 16 de diciembre, el festival de música electrónica acogió a asistentes de 140 países, principalmente de Tailandia, Singapur, Hong Kong, Malasia, Estados Unidos y Reino Unido, apuntó la organización.
De ellos, el 30 por ciento fueron tailandeses y el resto extranjeros.
Hasta la mañana del lunes DJs de todo el mundo animaron las sesiones musicales del festival (algunas hasta las 10 am), mientras durante el día exposiciones de arte, talleres de yoga y eventos de gastronomía atrajeron a un público más familiar en el idílico entorno natural de The Fields del Siam Country Club.
Rodeado de montañas y cerca de la turística ciudad de Pattaya (unos 150 kilómetros al sur de Bangkok), este festival que comenzó su andadura en 2014 se define como un espacio creativo con un especial interés en el bienestar mental y el respeto por la naturaleza, sin utilizar plásticos.
«No me ha decepcionado, es más pequeño en tamaño que Tomorrowland, menos comercial, pero es uno de los mejores festivales en los que he estado», dice a EFE Alfonso, español residente en Bruselas, que asistió por primera vez este año al festival tras haber recorrido otros similares como el Sonar (Barcelona) o Tomorrowland.
Por su parte, Myran, de Lahore, Pakistán, ha venido con su marido después de que un amigo les insistiera durante años en que tenían que hacerlo. «Ya habíamos estado en Tomorrowland y Wonderfruit no decepciona», coincide.
El festival cuenta con unas 100 actividades, así como 99 horas de programa con más de 300 eventos musicales y 90 ofertas de bienestar en torno a la meditación, el yoga o la gastronomía.
Un rincón está además dedicado al ‘molam’, un tipo de música tailandesa principalmente del noreste, con exhibiciones de arte y una oferta de la picante gastronomía local.
A esta oferta de música, yoga y meditación, se suma una gran variedad de restaurantes, desde famosos establecimientos de Bangkok que esos días montan sus estand dentro del festival a puestos de comida callejera.
El cartel este año incluyó a DJs de diversos países como el japonés Akira Ikeda, los estadounidenses Al Jones, la franco suiza Deer Jade, el español Alfonso Rodríguez, las alemanas Caleesi y Sarah Kreis, el indio Sahej Bakshi y la chinocoreana Xing Xing.
«Nuestra visión es desarrollar un espacio para que creadores, colaboradores y nuestra comunidad exploren y profundicen en la conexión entre mente y naturaleza y crezcan a través de ella», indica la organización en su página web.
«Llevo cuatro años viniendo, siempre viajamos juntos un grupo de amigos. Y sin duda es el mejor festival de Asia», enfatiza por su parte Derrick, de Hong Kong.