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sábado, diciembre 21, 2024

Violencia, el asunto fundamental de México

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Hoy es domingo. La semana pasada, a esta misma hora, se desató una fiebre por acudir a votar, y eso, sin lugar a dudas, es algo digno de ser reconocido y destacado. El resultado usted lo conoce, y por muchas razones es de esperarse que la elección haya terminado en su totalidad el 02 de junio, porque de otro modo acudiríamos a un proceso, ya con muy poco sentido, que solo enturbiaría, aún más, las aguas de la política mexicana.

Todos los que acuden a depositar su voto, lo hacen por un proyecto que, lógico, convenga a sus intereses. Difícilmente veremos a un ciudadano que haga todo lo contrario, porque resulta absurdo, y porque los tiempos que vive la nación, aguzan el instinto y la capacidad de supervivencia.

De lo anterior se desprende que Claudia Sheinbaum le conviene a más mexicanos, que lo que pudo representar Xóchitl, junto con Alito y compañía. Si usted está o no de acuerdo, por el enojo acumulado contra el actual jefe de la Nación, no sin razones de peso, es otro asunto.

Así que lo mejor es mirar hacia adelante, porque México es un país que necesita atención urgente en muchos aspectos, pero, fundamentalmente, en el tema de la seguridad, área en la que pareciera estamos huérfanos de padre y madre. 

Insistir en que se puede seguir por una estrategia que ha fundamentado su tarea en culpar al pasado ignominioso, y en decir que los de ahora ya no son iguales, sería caminar rumbo a la perdición.

La presidenta electa sabe, y bien, que deberá rodearse de un equipo capacitado en esa materia, poner oídos sordos a los matraqueros que se colaron a su campaña, y apurar la implementación de un programa fundamentado en el conocimiento, si usted quiere, en la ciencia.

Como curiosidad sexenal, el encomendarse a una estampita con la oración: “Detente enemigo, el corazón de Jesús está conmigo”, no puede ser efectivo si no es acompañado de un plan real para combatir a ese enemigo, que sí actúa y solo se encomienda a santos para la muerte.

Es cierto también, que se vivía una situación crítica, con la que se han puesto en práctica todo tipo de estrategias para combatirla, desde una guerra desatada con funestas consecuencias, la eventual negociación con los violentos, hasta encomendar el alma al Todopoderoso, como Kalimán.

Pero entramos a un sexenio que por perfil de quien lo encabeza, y por toda la divulgación que se ha hecho a su carrera de científica, exige acciones de ese tipo. Es decir, un Plan Maestro para la Lucha contra la Delincuencia Organizada, que tenga sustento en la ciencia, que para eso sirve, y con personajes con una profunda decisión para atender LOS EFECTOS DE MANERA INMEDIATA. Porque insistir en “primero van las causas”, es dejar en la indefensión a todos los ciudadanos. 

El problema ha llegado al límite, y por muchas razones el ciudadano sabrá valorar si se le toma en cuenta y se lucha por detener la ola de crímenes, al tiempo que se apura una estrategia que vaya a las causas. Una sin otra no sirven, pero una sin atención al efecto terrible entre la poblaión, obliga al afectado a esperar otra vida para ver una eventual solución.

Mil gracias, hasta mañana.

Correo: jeperalta@plazajuarez.mx

X: @JavierEPeralta

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