Una parada de Unai Simón en el sexto lanzamiento de Países Bajos a Malen en la tanda de penaltis que decidió los cuartos de final de la Liga de las Naciones y el posterior gol de Pedri sellaron este domingo la clasificación de España para la Final a Cuatro del torneo en el entregado estadio de Mestalla que vio cómo la selección elevó a 23 su racha de partidos sin perder.
La lucha por la final a cuatro se decidía en el estadio valencianista y Luis de la Fuente tocó su once titular para la gran noche. El seleccionador ha repetido en varias ocasiones que un partido contra Países Bajos está a la altura de una final de la Eurocopa y después del empate agónico de Mikel Merino en el 93 en Róterdam, hizo cuatro cambios.
Mingueza y Huijsen en la defensa, Dani Olmo en el centro del campo y Mikel Oyarzabal en punta ocuparon el sitio de Pedro Porro, el lesionado Cubarsí, Pedri y Álvaro Morata en busca del pase a su tercera fase final consecutiva.
Todo lo contrario que Ronald Koeman, que volvió al banquillo de Mestalla diecisiete años después y solo hizo el cambio obligado de Ian Maatsen en el lateral derecho por el expulsado Jorrel Hato.
No hubo tifo en Mestalla como en Róterdam, pero el estadio valencianista se llenó de banderas rojigualdas y entonó desde el principio el “a por ellos” con intensidad. Y así lo hizo la selección. En cuanto España superó la presión alta de Países Bajos, Nico arrancó veloz por la izquierda para liderar una jugada que acabó en penalti.
A los ocho minutos, Van Hecke derribó a Oyarzabal y el delantero se plantó ante Verbruggen. El meta neerlandés le adivinó las intenciones al español, pero el chut fue imparable: duro y ajustado al palo derecho. Como en el partido de ida, España se adelantó pronto.
Lamine Yamal y Nico Williams apretaban a una inofensiva Países Bajos que fue sostenida por su guardameta en el que fue un gran inicio español. Tras un gol anulado a Oyarzabal por fuera de juego, Verbruggen apareció con un paradón a Nico y atrapó un suave testarazo de Le Normad. España controlaba, pero desde el minuto quince no volvió a chutar a portería.
El ímpetu inicial de España se diluyó y se transformó en un ritmo espeso con un Lamine que no acertaba en los pases. Pero la selección no sufría y en Países Bajos era Frimpong contra el mundo.