Australia cumplió con los pronósticos y liderada por una sensacional Ariarne Titmus se colgó la medalla de oro en la prueba del relevo femenino de 4×200 libre de los Juegos Olímpicos de París con nuevo récord olímpico, incluido, tras firmar un tiempo de 7:38.08 minutos.
Un triunfo que prácticamente se daba por descontado para el conjunto oceánico dada la presencia en el cuarteto de Mollie O’Callaghan y Ariarne Titmus, que además de ganar el oro y la plata en los 200 libre en la capital francesa son las poseedoras de las dos mejores marcas de todos los tiempos.
Pero si O’Callaghan, que nadó la primera posta en 1:53.52 minutos, dejó a las australianas con un segundo de ventaja sobre el conjunto chino, que tras los primeros 200 metros ocupaba la segunda posición, la actuación de Lani Pallister y, sobre todo, de Brianna Throssell, hizo planear la posibilidad de la sorpresa.
De hecho, Australia arrancó la última posta con tan sólo 33 centésimas sobre el equipo estadounidense.
Una exigua diferencia que se encargó de hacer crecer exponencialmente una sensacional Ariarne Titmus que con un parcial de 1:52.95 en los últimos 200 metros permitió a las ‘aussies» imponerse finalmente por 2.78 segundos a Estados Unidos, plata.
Completó el podio con un tiempo de 7:42.34 minutos el equipo de China, campeón hace tres años en Tokio, que no sólo se vio relegado de la primera a la tercera plaza, sino vio como Australia le arrebataba por más dos segundos el récord olímpico que logró en la capital japonesa.