EL PEQUEÑO TIMMY
Uno de los más cercanos colaboradores de Adolfo Hitler, fue Paul Joseph Goebbels, quien ocupó el cargo de “Ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945”, él fue el principal responsable de las campañas propagandistas con las que los nazis trataron de dominar el mundo bajo la creencia de la raza humana “perfecta”, a este personaje se le atribuye la frase “una mentira mil veces dicha, se convierte en una gran verdad”.
Pensamiento que ha tratado de usar la oposición en México para hacer creer que una serie de mentiras son verdad, quizá esta frase del régimen nazi, explique en parte el porqué personajes tan nefastos e ignorantes llegan al poder, y no estoy hablando del asesino y genocida del mundo actual, el israelita Benjamín Netanyahu, tampoco del imbécil y corrupto del argentino Javier Milei, tampoco del estúpido y arrogante estadounidense Donald Trump, los tres con caracteristicas propias del narcisimo.
Tampoco estoy hablando del cínico y perverso de Alejandro Moreno del PRI, o de la ignorante Xóchitl Gálvez, tampoco de la neurótica Lilly Téllez o del trepador de Andy López Beltrán; sí, porque decir que este tipo de perfiles sólo existen en un lado de la política sería mentir.
Cuando hablo de ignorancia y de autoengaño, de mitomanía y de total falta de sentido común, me refiero a perfiles como el de Miguel Tello, Alfredo Alcalá, o el de Simey Olvera “La Huilotl” en náhuatl o “La Paloma” en castellano, Kena, yeuatl se Huilotl… así lo dijo aquella vez que haciendo campaña en la huasteca se quería hacer pasar por pueblo y quedó evidenciada en su ignorancia.
Y no, no se confundan lectores, la crítica a la senadora no es por el hecho de ser mujer, sino por ser una ignorante que se ha creído “ser muy lista”, pero ser trepador y gozar de padrinazgos no es lo mismo que ser inteligente y ganarse un lugar dentro de la política, hay mucha diferencia entre un títere y un titiritero. Y sí, desgraciadamente la senadora es marioneta, así como otros tantos que lo han sido en Hidalgo y que hoy se pierden en la historia.
Simey Olvera Bautista, se convirtió en diputada local, no por ser brillante ni por tener un perfil académico o científico, es más, buscando un poquito en su historia personal, su paso por la universidad fue gris, con tareas compradas y con favores pedidos a los maestros y maestras, se convirtió en diputada local por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) debido a que la cuota de género le impidió a su tío Alfredo Olvera Reyes, ocupar esa curul, es decir, entró al Congreso local por ser sobrina de un perredista de años, ella como muchos otros, llegó a un cargo de elección popular por padrinazgo, por cuotas de favores y no por un perfil que los respalde, es más ni siquiera saben lo que es legislar ni conocen el proceso legislativo, como quedó evidenciado con Santiago Hernández Cerón, hermano del panista Asael Hernández ex dirigente, ex diputado local y ahora diputado federal.
La diputada del PRD renunció al partido que le regaló esa oportunidad, se fue a Morena bajo la promesa de seguir en el escenario público, la marioneta cambió de dueño o dueña pero sigue en el escenario, así ha sido la forma en que llegó a la diputación federal y luego a la senaduría.
A un año de haber asumido la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, recordó los ejes rectores de la Cuarta Transformación, no mentir, no robar y no traicionar, además de señalar los errores de los gobiernos anteriores, “presidentes rodeados de lujos, gobiernos alejados de la gente, fortunas construidas al amparo del poder público…” y todo parece indicar que perfiles como el de la senadora no han entendido que el lugar que ocupan en el poder es para servir no para servirse, no para hacer fiestas en las que es requisito dejar celulares en la entrada, no para viajes que presumen en redes sociales y luego borran creyendo que “lo que pasa en las Vegas, se queda en las Vegas”.
El pasado informe de actividades de la senadora, fue una muestra del viejo PRI, una forma de querer dar la impresión de que será la próxima gobernadora, una mentira que ha repetido mil veces y que varios personajes han comenzado a creer, mientras otros tantos, aquellos y aquellas que ejercen influencia en sus decisiones, se frotan las manos con la avaricia de quien moviendo al títere llena el teatro.
El problema no son las mentiras que se dicen, sino la forma en que se las creen, el evento realizado en el Teatro Gota de Plata al más puro estilo priísta, reflejó que la senadora no tiene intención de atender la “austeridad republicana” a menos que se trate de dar viandas corrientes y baratas al pueblo, que el evento fue de acarreos de alumnos de escuelas privadas, que la gente tuvo que ser entretenida al viejo estilo romano “pan y circo al pueblo” porque en el momento del informe fueron menos los interesados que los aburridos, nuevamente quieren jugar al carrito vencedor “dando la impresión de que ya son” cuando nada está definido aún, son al menos cinco perfiles de Morena, mujeres que están preparadas y que fácilmente pueden darle la vuelta a la senadora ambiciosa y tramposa, a la de la vieja escuela priísta se le olvida que en el sistema en el que juega “la que se mueve no sale en la foto”.

