RETRATOS HABLADOS
El lunes que nos reencontremos en este espacio, ya estaremos a 02 de septiembre, y al presidente, Andrés Manuel López Obrador, le restarán 28 días de estancia en Palacio Nacional, después de los cuales, al menos así se espera, Claudia Sheinbaum, luego de tomar posesión el 01 de octubre, podrá trasladar su domicilio a dicho lugar, en tanto que el para entonces ex jefe la Nación, ya habrá partido para su Rancho “La Chingada” en Palenque, Chiapas.
28 días que, en no pocos Estados del país, se cuentan uno por uno, a veces con angustia, a veces con la esperada desesperada de que pasen y por fin levantar la cara al cielo en señal de agradecimiento. Para otros no, está claro, que, hasta el último día de su gestión, que es el 30 de septiembre, todavía esperarán la noticia de que finalmente sí decidió buscar la reelección por tiempo indefinido.
Todo lo anterior es parte de la ficción que rodea al presidente de la República más poderoso que haya tenido México en sus últimos tiempos. Nadie, antes que López Obrador, había logrado concentrar todos y cada uno de los hilos del poder en sus manos. Nada, absolutamente nada que se hiciera en cada rincón del país, pasaba desapercibido para AMLO.
En ello radica que, a diferencia de la transición que vivió con Enrique Peña Nieto, quien le entregó prácticamente la presidencia cinco meses antes de que tomara posesión, el 01 de diciembre de 2018, esta ocasión es evidente que, hasta el último minuto del 30 de septiembre, manejará de manera integral el poder presidencial, e incluso algunos aseguran que solo cuando entregue la Banda Presidencial, dejará de ser el eje central de toda la vida nacional.
Como quiera que sea, para no pocos personajes de la política nacional, será el momento preciso para que puedan respirar, luego de caminar con temor, a veces con terror, por la posibilidad de caer en la gracia del, repito, jefe de la Nación más poderoso en toda la historia del país.
La próxima vez que nos encontremos, habrá empezado de manera oficial la cuenta regresiva del 28 al 0, en que, al menos de manera oficial, Andrés Manuel López Obrador, concluirá un primer capítulo de una historia nacional y patria, construido en torno a su imagen, a lo que desde hoy se considera su legado.
Seamos testigos de uno de los cierres de sexenio más ríspidos, más intensos, más alejados del propio cierre, y más cercanos al principio de un nuevo capítulo, en el que se observa a un narrador omnipresente.
Momentos históricos del país, para bien, o para mal, según lo vea usted, pero históricos sin duda alguna.
Mil gracias, hasta el próximo lunes.
@JavierEPeralta