EL PEQUEÑO TIMMY
Lo que pudo ser la solución para un problema ambiental en la región de Tula, se vino abajo con una simple consulta ciudadana, lo que además demostró el poco dominio político y de territorio que tiene el gobierno estatal para tratar estos temas. No se equivoque querido lector, no estamos a favor de la imposición ni de la mentira, pero lo que se ve no se juzga.
La idea de realizar una consulta ciudadana para dar luz verde a un proyecto tan ambicioso como el de la creación de un Parque Ecológico y de Reciclaje no es mala y menos para una democracia, sin embargo, la forma dejó mucho de qué hablar, la falta de información y la soberbia de querer ver la realidad desde un escritorio y no en el territorio dejó en la mira nacional a toda la entidad.
Los resultados de la consulta fueron un reflejo de la apatía que hay en la gente que se está acostumbrando a los apoyos del bienestar mientras deja a un lado su participación política en temas de interés, es decir, ni siquiera por el hecho de que haya programas, la gente se moviliza como en los tiempos del viejo régimen, Dios no lo permita, diría la abuela, pero si el viejo régimen hubiera querido hacer este proyecto lo hubiera hecho, no por si conviene o no, sino por querer hacerlo y porque tenía bastantes bases y perfiles que movilizaban a la gente.
Aunque no hay duda de que el pueblo es sabio, hay que tomar en cuenta diversos factores, quizá el pueblo podría estar ciscado luego de mega proyectos fallidos que se anunciaron con bombo y platillo y se convirtieron más en un problema que en una solución, por poner un ejemplo, en la región de Tula, se prometió una refinería en el Gobierno de Felipe Calderón, se expropiaron tierras ejidales y al final sólo dejaron una barda perimetral. Este tipo de situaciones genera desconfianza entre la población.
Quizá el proyecto era bueno, la consulta fue un buen ejercicio, pero sin el interés de la gente, sin la información necesaria, sin la motivación para que expresen su opinión, de nada sirve todo el ejercicio, no puede haber un pueblo sabio si está ciscado, no puede haber una Cuarta Transformación sin una transformación profunda del pensamiento en la ciudadanía, y desgraciadamente no se puede lograr cambiar el pensamiento cuando los perfiles que encabezan “el cambio” son perfiles de cuarta y hasta de quinta…
Sin congruencia en los políticos, sobre todo en los locales, no hay una percepción de cambio en la ciudadanía y, si acaso lo notara, seguimos sin dudar que el pueblo es sabio pero quizá está ciscado, aunque esto resulte o parezca una contradicción.
