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miércoles, febrero 26, 2025

Tula, duelo de vaqueros en pleno centro / MINUTARIO

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RETRATOS HABLADOS

Lo sucedido en Tula de Allende debe generar, por principio de cuentas, un reconocer que las tierras hidalguenses no son ajenas a la ola de violencia que vive el país, porque solo de este modo es posible la elaboración certera de estrategias que prevengan y enfrenten esta situación. Desde hace muchos años dejamos de ser la isla en medio de un mar embravecido, a la que solo llegaban olas que no causaban ningún daño.

Ya no es así, porque ese mar embravecido, lejos de calmarse, se ha convertido en un verdadero huracán, que amenaza con tragarse todo lo que encuentra a su paso. Así que, por principio de cuentas, el hecho es que no hay una sola región de la entidad, que se mantenga indemne ante este lamentable fenómeno.

Es así que el primer análisis que de manera urgente se habrá de realizar, tendrá como objetivo central encontrar los flancos débiles, que con frecuencia se localizan en las corporaciones policiacas, porque es donde la delincuencia organizada centra sus primeros pasos, con las amenazas ya hasta de película, “del plata o plomo”. Y no es tomar a chiste esa aseveración, porque un uniformado en situación complicada por sus exiguos ingresos económicos, será, siempre, presa más fácil ante ese panorama.

A lo anterior, se tendrá que sumar la ciudadanía, que una vez convencida de que su denuncia, que se supone anónima, no le traerá de manera repentina la venganza de los que acusó, se convertirá en el principal baluarte para dar elementos que permitan una estrategia real de inteligencia.

El camino es largo.

Complicado porque en buena parte del país la situación tiende a volverse más y más crítica.

Y también, porque hay desconfianza en los que padecen extorsiones, heridas por estar en el lugar incorrecto y a la hora incorrecta, pero que simplemente no se atreven a denunciar por miedo, y por todo lo expuesto.

Será un trabajo intenso, arriesgado incluso, pero que debe ponerse en marcha con hechos concretos, más allá de la consabida frase de que son más los buenos que los malos. Porque esos que son buenos, pueden hacer, y mucho, para enfrentar la zozobra en que viven, a través de la denuncia, cuando tengan la absoluta certeza de que no se convertirán en el eslabón más débil de una cadena, cuando esta cadena se nutre de complicidades.

Lo de Tula preocupa en todo el sentido de la palabra. Porque son delincuentes que se pelean a plena luz del día y en mitad de la plaza principal. Y los heridos, como siempre, son los que nada tienen que ver en esas peleas por territorio.

El problema existe y es grave. Insisto, hace mucho que dejamos de ser esa isla, a la que no afectaba el mar desbaratado y complejo de sus vecinos geográficos.

Ya no es así.

Y, por cierto. El uso constante de motocicletas para labores delincuenciales, debería provocar medidas extremas de seguridad, no para que todas sean retiradas de circulación, sí para que existe un estricto control de sus propietarios y de sus usuarios. 

MINUTARIO. – En Minera de la Reforma, el alcalde, Eduardo Medécigo Rubio, quiso usar sus dotes literarios para mandar un mensaje que, la verdad, no se entendió. O lo que se entendió, no fue lo que quiso decir. Antes de que se resbale en sus propios dichos, alguien debe decirle que es mejor su actitud seria, que lanzar mensajes encriptados.

Mil gracias, hasta mañana.

Correo: jeperalta@plazajuarez.mx

X: @JavierEPeralta

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