Aunque su familia teme que en México la desaparezcan, Mary Martínez, una madre buscadora hondureña, regresa cada vez que puede para buscar a su hijo Marco Antonio Amador Martínez, -desaparecido en 2013-, mientras carga con la triple jornada de ser buscadora, además de cuidadora y proveedora de su hogar, frente al abandono del Estado.
«A ellos les da miedo lo que pasa aquí en México (…) que desaparecen a las madres y eso se difunde por todos lados», señaló Martínez, integrante del colectivo Comité Amor y Fe.
Como ella, muchas mujeres asumen la labor que le corresponde al Estado de buscar a sus familiares desaparecidos, al tiempo que lidian con la responsabilidad de cuidar y sostener su hogar, según el informe “Desaparecer otra vez: Violencias y afectaciones que enfrentan las mujeres buscadoras en México”, de Amnistía Internacional (AI).
Nueve de cada 10 personas que buscan a sus familiares desaparecidos en México son mujeres, de acuerdo con AI, que desde 2011 ha registrado la desaparición de al menos cinco y el asesinato de 16 buscadoras en el país.