EL PEQUEÑO TIMMY
Mientras algunos políticos y funcionarios públicos como la titular de la Secretaría de Turismo en Hidalgo, se van a “turistear” a los lugares que fueron siniestrados por las lluvias del huracán Priscilla, aprovechan para tomarse fotos y hacer videos ridículos en los que “informan” que ayudan a la población, cientos de hombres y mujeres trabajan, desde sus trincheras y como pueden para apoyar a las familias afectadas.
Es impresionante la forma en que pobladores han improvisado puentes, han usado drones agrícolas, utilizan animales de carga o llevan víveres a cuestas a las comunidades que quedaron incomunicadas tras la destrucción de los puentes, también resulta conmovedor la forma en que las comunidades buscan resurgir entre los escombros y el lodo acumulado en las calles y casas.
Quien ha visto la forma en que los elementos del Ejército Mexicano llegan con palas y picos o materiales para apoyar a la población, puede distinguir a la perfección a los zánganos oportunistas que han acudido solo para presumir sus fotos o videos en redes sociales, en espera de comentarios de gente insensible, lamebotas chupa bananas, que se atreven a aplaudir el circo en el que que quieren convertir a la tragedia “muchas felicidades secretaria”, “muy bien secretario, usted siempre tan sensible”, “eso es un líder”… ¿Líderes de qué? No son más que buitres carroñeros, ejemplos de lo más ruin que puede haber en situaciones como las que están padeciendo miles de damnificados.
Por otro lado, la forma en que la gente ha realizado acopio de víveres y se ha organizado para brindar ayuda, ya sea en comedores comunitarios, en las zonas de desastres, en edificios públicos como escuelas, nos permite visualizar que la solidaridad, la empatía y el trabajo son el orgullo de los hidalguenses, un momento para dejar de pensar en uno mismo y preocuparse por los demás, las imágenes que llegan desde diversos puntos de la tragedia como el de una anciana que lleva un poco de lo que tiene para apoyar a los demás son ejemplo de la dignidad, el valor y la generosidad del pueblo.
A diferencia de los funcionarios que se han encargado de hacer turismo en la tragedia para sentirse y hacer creer a los demás que son héroes, miles de personas desde el anonimato los han rebasado, y eso deberían de entenderlo de una vez por todas, el protagonismo que estos personajes han buscado de la tragedia solo ha mostrado lo miserables y ambiciosos que son, mientras vecinos comparten todo lo que tienen, estos, los encumbrados en puestos de elección popular y en oficinas de las secretarías del gobierno estatal, van y dejan sobras de lo que tienen, ahí la gran diferencia, compran una foto con una despensa, mientras el pueblo da el apoyo en espera de que una familia esté un poco mejor.

