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Seguridad alimentaria y nutricional en las Agendas Legislativas

Patricia González López
4 Min de Lectura

IGUALDAD SUSTANTIVA, EMPODERAMIENTO EFECTIVO

La igualdad de género y el desarrollo sostenible son metas que están mutuamente relacionadas y no pueden alcanzarse de manera separada. Esta conexión es evidente al analizar el objetivo de erradicar el hambre (ODS 2) y el de conseguir la igualdad de género (ODS 5) de la Agenda 2030: es fundamental abordar las desigualdades de género y asegurar que mujeres y niñas tengan igual acceso a recursos, oportunidades y derechos a través de Sistemas Agroalimentarios. 

De acuerdo con el informe de la Organización para la Alimentación y la Agricultura sobre la situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios, expresa, que estos sistemas son una fuente significativa de empleo para las mujeres a nivel mundial, y en especial en América Latina y el Caribe, donde las mujeres representan el 36 por ciento de la fuerza laboral en este sector. 

Las mujeres desempeñan roles clave como productoras y procesadoras de alimentos, gestoras de recursos naturales y generadoras de ingresos, siendo más propensas que los hombres a asumir la responsabilidad de la seguridad alimentaria y nutricional en sus hogares, tanto a través de trabajos remunerados como no remunerados. 

A pesar de estas valiosas contribuciones a la producción, procesamiento y mejora del acceso a los alimentos, las mujeres enfrentan importantes obstáculos en su búsqueda de seguridad alimentaria, por lo que, la creación de sistemas agroalimentarios sostenibles, inclusivos, equitativos y resilientes, es crucial para garantizar a las mujeres y a las niñas el derecho a la alimentación para todas las personas.

Para ello, el Manual sobre el trabajo parlamentario con perspectiva de género que ParlAméricas ha elaborado, sugiere a las y los parlamentarios que ocupan cargos de regidurías, sindicaturas, diputaciones y senadurías, adoptar enfoques con perspectiva de género en su trabajo legislativo en materia de seguridad alimentaria y nutrición para garantizar “que no se deje a nadie atrás”.

El manual expresa, que esto se puede lograr incluyendo en la Agenda Legislativa acciones efectivas clasificadas en cinco aspectos: 1. Promoviendo nueva legislación o reformas legislativas para superar desafíos nacionales específicos en relación con estos temas; 2. Incorporando perspectivas de género y seguridad alimentaria en la labor legislativa con respecto a estas cuestiones; 3. Generando conciencia sobre los problemas y las soluciones relacionados con la inseguridad alimentaria y la malnutrición a través de plataformas públicas.

Además, 4. Ejerciendo el control político de los compromisos y las políticas internacionales adoptados por el gobierno en relación con la seguridad alimentaria y la nutrición, garantizando que incluyan consideraciones de igualdad de género y reflejen buenas prácticas reconocidas; y 5. Supervisando las asignaciones de recursos y resaltando la importancia de una financiación adecuada para la programación inclusiva de la seguridad alimentaria en los debates presupuestarios.

Las acciones llevadas a cabo en el parlamento de orden municipal, estatal y federal, pueden jugar un papel crucial en la eliminación de los obstáculos a la seguridad alimentaria y nutricional para todas las personas, siempre y cuando estén diseñadas de manera situada, para abordar las necesidades y realidades diversas de los diferentes grupos de la población. 

Así, la adopción de buenas prácticas, el empleo de datos desagregados y la promoción de la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones, incluyendo a mujeres y grupos históricamente marginados, son pasos esenciales para alcanzar estos objetivos. Igualmente, es vital establecer mecanismos de seguimiento y ejercer control político para asegurar la implementación efectiva de las medidas adoptadas.

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