Al ritmo del “Xochipitzahuatl”, canción típica que interpretan los tríos huastecos, y otras melodías alusivas al “Xantolo”, se encendieron las velas en la explanada principal de Huejutla. Entre la oscuridad emergió la luz dedicada al “ánima sola”, las almas de aquellas personas a las que nadie les pone ofrenda o les enciende veladoras en el Día de Muertos.
De esta forma, concluyeron las actividades en torno al Mijkailjuitl, que traducido al español significa “la fiesta de los muertos”, y que también es reconocida como Xantolo en toda la región huasteca del país, por lo anterior el denominado “corazón de la huasteca hidalguense” se pintó de colores, con la simulación de papel picado, los collares y enramadas de flores, el barro pintado, las velas adornadas, y los vestidos de los danzantes con los que buscan burlar a la muerte.
Mientras en las casas de los huastecos, los arcos adornan las ofrendas y los altares, donde se coloca la fotografía del ser querido que ha fallecido, la imagen de un santo de la devoción de la familia, así como flores, comida y bebidas que le gustaban cuando estaba vivo, todo sobre una mesa cubierta por manteles bordados a mano; en las calles todo es fiesta en Huejutla, el escenario para el Xantolo 2024, contó con la representación de todas las artesanías del municipio, y rindió homenaje al trabajo que hacen cientos de manos huejutlenses, mismo que da identidad a la demarcación.
Las artesanías que embellecieron la Plaza Ceremonial
Los llamativos colores del barro que se convierte en jarra, en portavelas, popochcomitl (copalero), silbatos, calaveras y más, se convierten en una invitación para apreciar los diseños hechos a mano, el trabajo de los artesanos que da vida y color a los altares del Mijkailjuitl; de igual manera, no faltan los productos de uso cotidiano como las ollas y las cazuelas.
Asimismo, las máscaras de madera, estuvieron en toda la instalación, se podían ver desde cabezas de animales, viejos, diablos y monstruos con los que los danzantes cubren su rostro al bailar.
Mientras tanto, en otros sitios, los bordados huastecos también emitieron su brillo propio, con llamativas flores plasmadas en manteles y servilletas, dignos objetos para recibir con elegancia a los muertos.
Comida tradicional
Los visitantes no sólo pudieron apreciar los procesos de elaboración de varios alimentos, sino que pudieron degustar algunos como son: los bocoles de queso, frijol entero o frijol molido; así mismo los tamales de cerdo, picadillo y los típicos de la región “los tamales de xala”, el zacahuil y el tapataxtle.
Había enchiladas de canasta, cecina, chorizo y queso huasteco; el tianguis, que se convirtió en una extensión del Xantolo en Huejutla, permitió que los visitantes conocieran y compraran de primera mano estos productos.
El café fue otro de los elementos que se pudieron disfrutar durante las fiestas, así como los licores hechos a base de refino de caña, y la tradicional agua de jobo, que si bien ya no es temporada de este fruto, la gente de la huasteca se las ha ingeniado para poder tener materia prima natural en estas fiestas.
Finalmente, aunque en menor cantidad, el chocolate también se hizo presente en esta celebración que convocó a miles de personas.
Flores y panteones
Por otra parte, mientras las flores que fueron colocadas en la instalación del centro de Huejutla se comenzaban a marchitar, decenas de familias acudieron a los panteones para acompañar a sus difuntos, comieron en sus tumbas y dejaron sus ofrendas, colocaron flores y adornaron las lápidas, con el otoño en marcha pronto los campos se quedarán sin flores, y comenzará el descanso de la tierra, una muerte como la de los que habitan el cementerio, para dar paso a una nueva generación que llegará con la primavera.
Los danzantes andan en las tumbas, disfrazados de parcas, diablos, brujas e incluso una máscara sobresale entre todas, es la representación del ex presidente López Obrador, quién lleva una cartulina que señala: “que siga la transformación”, de esta forma los danzantes bailan al ritmo de la música, un trío huasteco o banda de viento, en el panteón hay de todo menos silencio.
En el cielo rompen los cohetes, al medio día es el almuerzo, luego la comida, y aunque el atardecer se asoma continúa el desfile de familiares que no se olvidan de sus muertos, que acuden para estar con ellos, para recordarlos con alegría, y también con llanto, principalmente a aquellos que han partido recientemente.
Así se vive el Mijkailjuitl en el Panteón Municipal de Huejutla, donde una vez que se acaban las flores, es signo de que se han ido los muertos, descansarán por doce meses y luego, nuevamente regresarán en este ciclo que se ha repetido por años.
Cuadrillas Xantoleras
En el programa oficial no pueden faltar las presentaciones de las cuadrillas de danzantes xantoleros, sin embargo, las danzas están en los barrios, en las comunidades, allá dónde más que una técnica se baila con el corazón al ritmo del son, y con el único fin de conservar la tradición.
Así pues, en el programa oficial, se presentaron cuadrillas de municipios hermanos, pertenecientes a la huasteca, pero también hubo presencia de otros grupos que llegaron de otros estados del país, para mostrar un pedacito de su cultura y la forma en que ellos también viven el Xantolo, la Fiesta del Día de los Muertos.