CINE DE HOY
Después del Festival de Avándaro, el rock fue satanizado por las autoridades y se encontraba prácticamente prohibido en la capital. Fue así como nacieron casi en la clandestinidad cafés a go go y hoyos fonquis, en los que los jóvenes se reunían para disfrutar de la música.
Uno de esos emblemáticos lugares fue el Tutti frutti cuya historia ha sido rescatada por Laura Ponte y Alex Albert en un interesante documental que se exhibe actualmente en la Cineteca Nacional.
Después del terremoto de 1985, Danny Yerna y Brisa Vázquez decidieron abrir el bar en la parte alta del Apache 14 en Lindavista.
Aunque se trataba de un lugar pequeño, por ahí desfilaron legendarias bandas como Caifanes, Santa Sabina, Café Tacvba y Maldita vecindad entre otras muchas.
Lugar de reunión de músicos y artistas, pronto se convirtió en el favorito de la época.
La debutante entrevista a muchos de los asistentes al lugar, que recuerdan con nostalgia esa época.
“Tutti frutti: el templo del underground” viene a ser, pues, un valioso testimonio de una época que se fue para no volver, y si no que le pregunten al Multiforo Alicia.