La minería y la violencia de género concentraron este sábado a cientos de salvadoreñas que se pronunciaron en contra de ambas situaciones en el marco del Día del Internacional de la Mujer, espacio que también aprovecharon para instar a la organización.
Las mujeres se concentraron en el parque Cuscatlán, en San Salvador, y se desplazaron por una de las principales calles de la ciudad hasta llegar a la Plaza Salvador del Mundo, donde concurrida y colorida movilización concluyó sin altercados.
Camisetas, gorras y carteles con mensajes alusivos al 8M acompañaron a las asistentes que también corearon consignas como: «Somos malas, podemos ser peores y al que no le guste que se joda», «Ni patriarcado, ni minería. ¡Sí a la vida!», «Mujer, escucha, únete a la lucha».
En esta ocasión, el rechazo a la minería metálica fue el principal mensaje de la movilización, en la que también hubo pronunciamientos en contra de la violencia de género y se reiteró la solicitud de despenalización del aborto en el país.
De acuerdo con organizaciones feministas, la explotación de la minería afectaría directamente a las mujeres rurales que abastecen a sus familias de agua de los ríos, cuyas aguas, según las ONG, se estarían contaminado.
En diciembre pasado, la Asamblea Legislativa salvadoreña, dominada por el oficialista Nuevas Ideas, derogó la prohibición minera aprobada en 2017 y aprobó una nueva ley que permita dicha explotación.
La activista Delia Cornejo, de la organización de mujeres Las Melidas, dijo en declaraciones a EFE que la minería afectaría a toda la población, pero con especial énfasis a las mujeres.
«De por sí, ya tomamos agua contaminada y con esto (la minería) va a ser más complicada la situación de la población, especialmente de las mujeres que son las que tienen que trabajar en la casa», comentó.
Violencia de género
Cornejo lamentó la falta de información por parte de las autoridades de Seguridad sobre los hechos de violencia contra las mujeres perpetrados en el país.
«Lo único que tenemos son estadísticas que salen en los periódicos. Lo que ustedes (los periodistas) logran recuperar, pero todo la información de violencia contra las mujeres es muy escasa en entidades del Estado», apuntó.
En El Salvador, las autoridades no catalogan los asesinatos de mujeres como femicidios y no brindan estadísticas sobre este tipo de muertes.
Además, las instituciones salvadoreñas han puesto bajo secreto o niegan el acceso a datos de la violencia, incluida la información sobre muertes violentas de mujeres.
Unidad y organización
Keyla Cáceres señaló, por su parte, que ante las diversas situaciones que viven las mujeres en El Salvador, la unidad y la organización son esenciales para «enfrentar los desafíos».
«Nosotras no estamos dispuestas a retroceder. Ya hemos pasado demasiado, no nos han regalado nada y en ese sentido, queremos pedir que, por favor, defendemos nuestros derechos y por ello estamos llamando a la organización comunitaria y local porque es necesario la articulación en estos momentos de crisis», declaró a EFE.
Señaló que el Estado «está limitando» los derechos de las mujeres en el país y alertó que «hay una negativa en materia de prevención de la violencia de género».
En 2024, estas organizaciones contabilizaron 38 feminicidios y fue agosto el mes más violento con ocho asesinatos. Del total de casos, el 52 % fue cometido por las parejas o exparejas de las víctimas.