‘El martirio de San Andrés’, lienzo con motivos religiosos de la etapa final de Pedro Pablo Rubens (1577-1640), regresó este lunes al Museo Nacional del Prado de Madrid, con el que la pinacoteca consigue reunir cerca de cien cuadros del taller del pintor favorito del rey Felipe IV (1605-1665).
Este óleo, propiedad de la Fundación Carlos Amberes, ha sido cedido al museo madrileño temporalmente hasta que finalicen las obras de rehabilitación de su sede en Madrid, previsto para 2026.
En el acto de presentación de la obra maestra, el director adjunto de Conservación e Investigación de El Prado, Alfonso Palacio, destacó la importancia del momento porque Rubens es como «una especie de ADN o de columna vertebral» de la colección de la pinacoteca española.
En el museo se guardan entre noventa y cien cuadros pintados en el taller de Rubens, «más que ninguna otra colección del mundo», según Alejandro Vergara, jefe de Colección de Pintura Flamenca de El Prado, que recordó que ese taller era «hiperproductivo» y buena cuenta de ello es que se conservan aproximadamente 1.500 cuadros.
‘El martirio de San Andrés’ fue pintado por Rubens cuando ya era un artista reconocido, entre 1638 y 1639, poco antes de su fallecimiento, como explicó Vergara.
Fue un encargo de un agente de un importante impresor que residía en Madrid para decorar el altar mayor de la iglesia del Real Hospital de San Andrés de los flamencos, origen de la Fundación Carlos de Amberes actual, y donde fue instalado en 1639.
El óleo ha presidido diferentes escenarios. Se trasladó al monasterio de El Escorial (1844) cuando se suprimió el hospital, en 1978 ingresó como depósito temporal en El Prado y desde 1989 se encontraba en la sede de la Fundación en el centro de Madrid.