18.2 C
Hidalgo
lunes, mayo 5, 2025

Rareza

Más Leídas

RELATOS DE VIDA

Sabía que algo raro estaba pasando, lo sentía por el mismo aire que acariciaba mi pequeño cuerpecito que había salido a la luz hace un par de días y que se sentía pleno, pero ahora no se siente así.

Percibí otro cuerpo caliente a lado mío, seguro es mi hermano, y aunque no puedo verlo porque mis ojos no alcanzan a abrirse, estaba seguro que se trataba de él, porque el calor de mi madre es diferente, así como su tamaño.

Intenté acercarme más a él, y fue cuando sentí un viento fuerte que provocó un movimiento aún más fuerte y luego un golpe contra algo que aún no puedo identificar, porque me mantenía aturdido, por un momento hasta percibir sonido alguno.

No fueron muchos los momentos que pasaron, cuando sentí un cosquilleo, invadía mi cuerpo, picaban ocasionando movimientos por el dolor que producían, traté de pedir ayuda pero no lograba emitir ningún sonido y solo pedía que el sufrimiento terminara.

Después sentí que algo me sujetaba, quitaba el cosquilleo y eso alivió mi dolor, me sentía cansado, pedía que mis papás llegarán a mi encuentro y me dieran el calor que tanto necesitaba en ese momento, pero eso no pasaba por más que lo pensara.

Recuerdo el paso del aire, escuché sonidos que parecían de mis papás, me moví un poco, sentía algo fresco debajo de mÍ, pero también era duro; luego una fuente de calor, creí que eran mamá y papá, pero no había cuerpos, solo aquello que no lograba calentarme.

Seguía luchando, no sabía lo que pasaba, ni dónde estaba, mucho menos si volvería a sentir a mis padres, hasta que el sueño me venció y el frío cubrió cada parte de mi cuerpecito.

Mamá y papá no regresaron, pero los veo, están en el nido del que me caí, aún andan de árbol en árbol buscándome, pero no pueden verme, ni tampoco me reconocerían, ya tengo plumas, puedo trinar y vuelo por grandes nubes, estoy muy bien y me siento feliz, aunque extraño el calor de sus cuerpos.

Autor