Dos grandes de Europa, que no guardan en sus vitrinas ninguna Liga de Campeones, actualmente con dos entrenadores españoles, Luis Enrique y Mikel Arteta, buscarán este martes alcanzar su segunda final de la máxima competición continental y volver a llamar a la puerta de la historia, con una cierta ventaja del París Saint-Germain que se trajo un gol de ventaja de la ida contra el Arsenal.
Los ‘cañoneros» de Mikel Artenta vuelven a la ciudad en la que en 2006 perdieron contra el Barcelona su única final de la Liga de Campeones, decididos ahora a doblegar al PSG de Luis Enrique, que afronta sus cuartas semifinales en los últimos seis años para repetir la final que perdieron en Lisboa en 2020 ante el Liverpool.
Los dos equipos presentan argumentos para alcanzar la final de Múnich. Los franceses han firmado una trayectoria meteórica en lo que va de 2025, que les ha valido el título de favoritos y que ha permitido dejar en segundo plano la maldición que la entidad de propiedad catarí viene arrastrando en Europa y la juventud de una plantilla que demuestra en el terreno una gran madurez.
Los ingleses, que ya se impusieron hace unos meses al PSG en la primera fase, han demostrado su capacidad para elevar el nivel ante rivales importantes, una cualidad que alcanzó su máximo momento en los cuartos contra el Real Madrid, vigente campeón.
La capital francesa rezuma de confianza, de fe en las opciones de un equipo convertido por su técnico en un ejército que obedece a sus directrices y que cuenta con todos sus elementos a disposición del técnico.
Empezando por Ousmane Dembélé, propulsado a la condición de estrella goleadora a finales del año pasado y que en lo que va de año ha firmado 25 goles en 25 partidos, ocho de ellos en nueve duelos de Liga de Campeones, a los que suma dos asistencias.
Lesionado en los isquios de la pierna derecha el tramo final de la ida, el jugador parece recuperado y no quiere perderse la cita histórica que afronta el club con el que está firmando la mejor temporada de su carrera.
Más dudas presenta el surcoreano Lee Kang-in, que aparece como la principal duda del técnico asturiano de cara al duelo contra el Arsenal.