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Primer amor

Ana Luisa Vega
4 Min de Lectura
Ilustrtiva

RELATOS DE VIDA

Con tan solo 17 años, la ilusión por tener su primer amor, lo impulsaba a continuar con su vida con mayor esperanza y alegría, todo lo que había deseado en relación a una pareja, se le estaba cumpliendo cabalmente, como si lo hubiera decretado y por arte de magia.

Sonreía durante todo el día, su optimismo era contagioso y el brillo en sus ojos iluminaba cualquier situación y espacio; ni el estrés de la escuela, ni las complicaciones económicas que de momento aparecían, lograban bajar sus vibras ni mucho menos el ánimo diario.

A 6 meses de haber iniciado la relación, los problemas sentimentales no se habían aparecido, se sentía soñado y no podía creer la suerte, tenía en su primer pareja, el amor y los momentos que imaginó durante mucho tiempo, y una meta a largo plazo, el compromiso de contraer matrimonio una vez que terminara la universidad.

Pese a su corta edad, la idea de contraer un compromiso para toda la vida con su primera pareja, le emocionaba demasiado, tanto que buscó fortalecer el contacto de su compañero actual y futuro, con su familia, lo invitaba a comer, cenar, a las salidas y los eventos especiales, como cumpleaños.

Literalmente era un cuento de hadas, y decidió compartir su felicidad con sus amigos cercanos quienes aún no sabían la gran decisión, y acordó verlos por la noche en el antro preferido de todo el grupo de compañeros.

Ya reunidos en el lugar, tomaron una ronda de copas, y minutos antes de comenzar a contarle de su gran historia de amor, logró identificar a lo lejos a su príncipe azul, con otra persona como acompañante, a quien besaba apasionadamente, y sin remordimiento alguno.

Sintió que el techo del antro se le caía encima, le faltaba respiración y decidió salir del lugar sin avisar a nadie lo que había visto, lo que sentía y a donde se dirigía, simplemente emprendió el camino a su casa llorando desconsoladamente y con un odio en su interior que buscaba sacar de su interior.

Por muchos días intentó evadir sus responsabilidades, platicar con compañeros, amigos o familia, y principalmente responderle a quien por un tiempo creyó era la mejor persona del mundo, y el amor de su vida, pero no lo consiguió, un día de camino a la escuela fue abordado por el supuesto prometido quien buscaba la explicación a su rechazo.

Luego de contarle lo que había visto en el antro, el susodicho le confirmó que tenía otra pareja, que con ambos había pactado un compromiso, porque su sueño es vivir relaciones abiertas y de ser posible, que sus compañeros sentimentales se conocieran; el joven desilusionado de lo que había escuchado, le soltó un cachetadón que lo volteó como a la niña del exorcista y se alejó del camino, con rumbo a su destino original.

Durante algunos meses estuvo desorientado repitiendo las palabras del ex en la mente, y rechazaba a todo aquel que se acercaba con intenciones sentimentales; pero después de un tiempo regresó su luz y brillo, así como la esperanza de un amor sano, aprendió que los cuentos de hadas y que el amor no debe entregarse completa o ciegamente.

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