La segunda carrera de este domingo en el óvalo de Milwaukee, ganada por Scott McLaughlin (Penske), fue una montaña rusa de emociones para los dos principales pilotos candidatos al título de la IndyCar.
Esto, porque el monoplaza del español Alex Palou (Chip Ganassi) no arrancó a tiempo y comenzó con 28 vueltas de desventaja, y además el australiano Will Power (Penske) fue líder virtual, pero perdió toda su ventaja después.
McLaughlin cruzó la meta por delante de Scott Dixon (Chip Ganassi) y Colton Herta (Andretti), que completaron el podio.
A once vueltas para el final se mostró la bandera verde y el neozelandés mantuvo su primer puesto. Fue su tercera victoria de la temporada después de Alabama y Iowa.
Power finalizó décimo y acumula 20 puntos, mientras que Palou logró terminar decimonoveno y arañar 11 de manera casi heroica.
El título se decidirá en dos semanas, en el óvalo de Nashville, con Palou como favorito. Llega líder con 525 puntos, 33 más que Power y 50 unidades sobre un McLaughlin que con su triunfo en Milwaukee mantiene opciones matemáticas pero muy remotas.
«Estoy un poco triste y enfadado hoy. No podíamos hacer nada con tantas vueltas perdidas. Así son las cosas, lo intentamos todo para ganar más puntos, uno a uno, no fue un gran día, pero pudo ser peor. Vamos a Nashville», comentó Palou al bajar del monoplaza.
Un inicio caótico
Con los monoplazas dando la última vuelta antes de la primera bandera verde, la realización ofrecía la imagen del coche de Palou parado en el asfalto, sin respuesta. Tuvo que ser remolcado de nuevo al taller, y tras un primer arreglo se incorporó al trazado con seis vueltas de desventaja.
Pero tuvo que parar de nuevo, incluso se pudo ver al propio Palou corriendo por el ‘paddock’ para hablar personalmente con su estratega, Barry Wanser. Cuando por fin el equipo ‘Chip Ganassi’ pudo solucionar el problema, el piloto español comenzó su carrera con 28 vueltas de desventaja respecto al resto de pilotos.
Según ‘Chip Ganassi’ fue un problema con la batería de 12 voltios que alimenta el ERS del sistema híbrido.
El objetivo de Palou pasó a ser entonces terminar la carrera y agarrar la mayor cantidad de puntos posibles, cada uno de ellos podía ser decisivo para el último Gran Premio en Nashville en dos semanas.
Pero además, con bandera amarilla Newgarden también se quedó fuera, fue víctima de un triple choque en plena recta, el sueco Linus Lundqvist (Chip Ganassi) contactó al mexicano Pato O’Ward (Arrow McLaren) y este al especialista en óvalos, que se fue contra el muro y destrozó su monoplaza, quedando sin opciones por segundo día consecutivo.
A lo largo de las 250 vueltas al óvalo de Milwaukee hubo muchos abandonos, la mayoría por averías técnicas: dos pilotos que un día antes subieron al podio, como Conor Daly (Juncos Hollinger) o el propio O’Ward, además de Nolan Siegel (Arrow McLaren) o David Malukas (Meyer Shank).
O’Ward se mostró muy frustrado al bajar de su monoplaza: “Ha sido la caja de cambios. Es duro, muy duro”, comentó.
Will Power, del cielo al infierno
Power salió cuarto, rápidamente se puso segundo y persiguió a su compañero, McLaughlin, con todo su empeño, conocedor de que Palou no sumaría lo suficiente. El primer puesto, que logró poco después, le ponía líder del campeonato.
Aunque son compañeros, había cuentas pendientes entre ambos, el propio Power golpeó en Toronto a McLaughlin y le lanzó contra el muro dejándole fuera de carrera.
Quedó muy claro en el paso por boxes del ecuador de la prueba, cuando el australiano perdió el primer puesto en beneficio del neozelandés, que le adelantó en la salida de los ‘pits’.
Power perdió poco después el control de su coche conduciendo con bandera amarilla y carrera neutralizada, hizo un trompo y rozó el muro, perdió muchas posiciones, cayó hasta la undécima, esfumándose toda la ventaja que llegó a tener y por supuesto, ya no era líder virtual del campeonato.
Cuando parecía que regresaba, tuvo que volver a parar por segunda ocasión consecutiva con los mecánicos para cambiar el alerón frontal, cayó incluso más, hasta el decimocuarto puesto, y se ponía a 31 puntos de Palou.
Aunque acabó décimo en Milwaukee, al terminar la carrera, Power no se escondió y reconoció que había cometido «muchos errores» este domingo.