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POR FIN, SE ACABAN LAS CAMPAÑAS

Martín Peralta Sánchez
4 Min de Lectura

COMO YO LO VEO

Fuimos testigos desde el primero de marzo hasta el día de hoy, en que terminan las campañas, de promesas vacías, de ponderaciones de los candidatos de que eran los mejores, cuando conocemos sus historias de ser gente avispada únicamente para el poder y el dinero. Ha de haber algún garbanzo de a libra, pero yo por lo menos no lo conozco.

             Con grandes espectaculares en las calles, con entrevistas baladís, con promocionales en la radio y la televisión, llenas de incongruencias, trataron de convencer sin vencer el repudio, sobre todo de los jóvenes que no creen, que no les creen. Terminan por fin las campañas de los oficialistas, de los candidatos llamados de oposición que antes fueron oficialistas. Por lo menos no vamos a ver más sus promesas dirigidas para crédulos “menores de edad”.

 Antes fue el PRI, ahora es Morena. La verdad es que el país no avanza, nos conformamos con lo que hay y es bien poco. No nos preocupamos por una mejor educación de donde podamos vivir mejor, preferimos el dinero regalado. Y quien lo da se convierte en dios en la tierra.

             Atravesamos por la peor crisis de inseguridad y ningún candidato logró hacer creíble un proyecto para terminar con los 78 crímenes diarios en promedio. Pero también hay que señalar que las campañas terminan manchadas de sangre con más de 30 candidatos asesinados.  

             En México, mueren a diario más de 70 personas,  pero se justifica diciendo que eran gente relacionada con los narcos, y por tanto, no cuentan, no deben contar. Matan a un niño de 12 años, pero dice el mandatario que “iban sobre él”.

      Terminan, pues, las campañas electorales y parece que permanecerán las cosas como se preveía. La candidata oficialista Sheinbaum aventaja según las encuestas 20 puntos y no se ve que vaya a ser de otra manera en las votaciones. Xóchitl no creció más por representar a un PRI caduco y un PAN que nada hizo cuando se hizo del poder presidencial.

      Sin embargo, hay un dejo de esperanza de que los jóvenes puedan cambiar con su voto la historia de México; representan –si votaran—el 25 por ciento de un padrón electoral de más de 97 millones de mexicanos. Es el voto oculto del que habla Xóchitl; es también el voto con el que ya ganó, según Sheinbaum y es el voto que más ha buscado en las universidades Máynez. Así, pues las cosas, los jóvenes cuentan y cuentan mucho. Pero también se han mantenido apáticos porque no creen y pareciera ser que no hay a quién le puedan creer.

      De cualquier modo, el domingo dos de junio esperamos que los ciudadanos tomemos en nuestras nuestras manos el rumbo del país, para quitárselo a los criminales que se enseñorean en gran parte del país, porque el voto es la mejor arma para derrotar, en forma pacífica, a quienes se sienten dueños del país al que se han dedicado a saquear de una u otra forma, hasta dejarlo enfermo y temeroso.

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