Policías y militares que ejecutaron este viernes un operativo para desbloquear carreteras en el centro de Bolivia lograron el control del principal punto donde se concentraban los seguidores del expresidente Evo Morales (2006-2019), que cumplían esa medida de presión desde hace 19 días.
Los agentes, que iniciaron la operación en la madrugada, llegaron por la tarde hasta la localidad de Parotani, a unos 40 kilómetros de la ciudad central de Cochabamba, capital de la región homónima, donde encontraron resistencia de los sectores movilizados.
Como ocurrió en los tramos previos, los manifestantes trataron de frenar el avance del operativo lanzando cargas de dinamita y piedras, a lo que los policías respondieron lanzando gases lacrimógenos, logrando finalmente hacer retroceder a los movilizados.
En paralelo, otro contingente policial que partió desde la región andina de Oruro logró levantar el bloqueo instalado en la localidad de Sayari, a 85 kilómetros de Cochabamba, con lo que se rehabilitó el paso desde el centro hacia el occidente del país.
El último reporte de transitabilidad de la estatal Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) muestra que hasta las 18:00 hora local (22:00 GMT) de este viernes persistían los bloqueos en las dos carreteras que van desde Cochabamba hacia la región oriental de Santa Cruz, el motor económico de Bolivia.
Mientras se ejecutaba el operativo de desbloqueo en Parotani, Morales ofreció una declaración transmitida en sus redes sociales en la que pidió a sus seguidores considerar hacer una pausa en los bloqueos para evitar «hechos de sangre» y por el impacto negativo que la medida ha tenido en la economía nacional.
También anunció que iniciará una huelga de hambre en el Trópico de Cochabamba, su bastión sindical y político, para forzar al Gobierno de Luis Arce a dialogar sobre las demandas políticas y económicas de sus sectores leales.
Para que ese diálogo «sea viable, responsable y tenga resultados», el exgobernante pidió «la participación de algunos organismos internacionales o países amigos», porque a su juicio el Gobierno «no quiere entender temas legales ni técnicos».
El líder del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) se encuentra atrincherado en el Trópico de Cochabamba en la provincia de Chapare desde hace 19 días, ante la posibilidad de que emitan una orden de captura en su contra por los procesos de trata de personas y estupro.
En ese mismo lapso sus seguidores han bloqueado rutas en Cochabamba para que se retiren los procesos judiciales contra Morales, para exigir una solución a la situación económica del país y por la defensa de la candidatura presidencial del líder oficialista para los comicios de 2025.
Las autoridades han señalado que las pérdidas económicas superan los 1.700 millones de dólares y que se agravaron los problemas de desabastecimiento de combustibles e inflación por los bloqueos.
El presidente Luis Arce denunció que «grupos armados afines a Evo Morales» tomaron «por asalto» tres unidades militares, incluidos los lugares donde se guarda armamento, y retienen «como rehenes a militares y a sus familias, y amenazando sus vidas».
Arce y Morales están distanciados desde 2021 por diferencias en la administración del Estado que se profundizaron ante la necesidad de renovar la directiva nacional del MAS y elegir al candidato oficialista para las elecciones de 2025.
