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Poder y saber; saber y poder, una historia eterna

Javier Peralta
3 Min de Lectura

RETRATOS HABLADOS

La única posibilidad real que existe para el ciudadano común y corriente que observa el ejercicio del poder en un país como el nuestro, es desear, tener lo mejores deseos para quienes se encargan de esa acción para que lo hagan con “curia”, dirían en el pueblo, con sensibilidad, para que al final del día, sean menos los damnificados por sus decisiones y más los que lograron sobrevivir al vendaval que, con regularidad, generan a través de sus determinaciones.

Poco o nada ha cambiado desde tiempos inmemoriales en estos menesteres. 

Todos han planteado que tienen en sus mentes la luz de la verdad, de la prosperidad, de la revolución y renovación de conciencias, pero sabemos el resultado por adelantado.

Así que lo mejor es pedir a los cielos que acompañen cada nueva etapa, en esta espiral eterna que nunca se cansa de crecer. 

Todos soñamos, de un modo u otro, con tener la vida suficiente para ver una sociedad más justa, más plena en oportunidades. Apostamos a los que manifestaron su interés en dar vida a esos sueños, sin aparente interés alguno en el poder como tal, sí en cambio en los caminos reales para lograr su concreción. 

El poder no es así, y si de verdad es el camino de justicia, ahora coincidimos con el filósofo francés, debe ejercerse en los micrositios que son las relaciones interpersonales, para evitar su uso en la vertiente de dominar a un semejante. En los niveles mayúsculos acaba por desbordarse, por no generar cambios de ningún tipo, porque el poder es saber, y el saber es poder, decía el pensador.

Así que la alternativa real es simplemente desear, plantear a las décadas que nos toque existir, permita que no desaparezca la esperanza de que alguna vez podamos comprender que un cambio real solo se logra en el trato a nuestros semejantes, en la parte más pequeña pero vital de una sociedad.

Lo demás siempre ha sido en su conclusión lo mismo: la imposición del poder masivo que justifica las ansias de dioses inventados, absurdos, inexistentes.

Mil gracias, hasta mañana.

Correo: jeperalta@plazajuarez.mx

X: @JavierEPeralta

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