El profesor investigador del Área Académica de Sociología y Demografía del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Adrián Galindo Castro, señaló que las plataformas de ligue y redes sociales, aceleraron la transformación social de crear vínculos significativos por encuentros efímeros.
Explicó que el “amor líquido” se ha convertido en un fenómeno característico de la época, donde los vínculos sociales se vuelven tan desechables como los objetos de consumo; y ha influido en otros ámbitos de la vida, como la ética, el trabajo y la ciencia.
Detalló que la fluidez de los lazos afectivos se ha intensificado derivado de la influencia de la cultura pop contemporánea, ya que películas, series y canciones romantizan los encuentros fugaces, presentándolos como modelos que priorizan la experiencia inmediata, evitan compromisos formales y normalizan un amor efímero, centrado en la intensidad del momento y sin responsabilidades a largo plazo.
Galindo Castro indicó que esta transformación social se aceleró, principalmente, por plataformas como Tinder y las redes sociales, donde predomina la inmediatez, creando así la falsa sensación de que siempre existe alguien mejor esperando al siguiente clic, lo que genera una creciente dificultad para invertir emocionalmente en conexiones reales.
Puntualizó que en consecuencia directa, se avanzó hacia la paradoja de una sociedad hiperconectada, pero emocionalmente aislada, en la cual se observa que la cantidad de interacciones digitales reemplaza la calidad de los vínculos reales.
De tal manera que los gestos humanos, como consolar en un duelo, se redujeron a mensajes prefabricados en redes sociales, a través de los cuales, en lugar de crear verdadera cercanía, se corre el riesgo de volver superficiales las experiencias más significativas.
En ese sentido, subrayó que el desafío actual consiste en aprender a navegar esta realidad con conciencia, diferenciando lo conveniente de lo significativo y lo efímero de lo auténtico, para no perder la capacidad de construir, con esfuerzo, los vínculos profundos que la humanidad sigue anhelando.

